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“Llegué inconsciente”: Iván Torres revela cómo una septicemia lo llevó al borde de la muerte

La infección le causó compromiso vital. Los doctores pensaron intubarlo. No tuvo fiebre, solo transpiración extrema y dolor de espalda silencioso

La septicemia es una infección en la sangre capaz de comprometer varios órganos. En el caso de Torres fue multiorgánica.
La septicemia es una infección en la sangre capaz de comprometer varios órganos. En el caso de Torres fue multiorgánica.

Tras semanas lejos de las cámaras, el meteorólogo más reconocido del país, Iván Torres, rompió el silencio y relató la pesadilla clínica que lo dejó al borde de la muerte. Con una sinceridad poco común en televisión, narró cómo pasó de sentir “un dolor leve en la espalda” a despertar en una clínica, inconsciente y con compromiso vital.

Un dolor inexplicable que escondía algo grave

Torres contó que siempre tuvo alta tolerancia al dolor. Pensaba que los molestos episodios en la espalda eran por “un disco gastado”. Sin embargo, esa aparente fortaleza lo llevó a ignorar durante semanas los síntomas que después terminaron siendo señales críticas: cálculos renales y una septicemia multiorgánica, una infección masiva en la sangre capaz de comprometer varios órganos y provocar la muerte si no se trata a tiempo.

“Llegué inconsciente a la clínica, literalmente. Me llevaron madurado, sin fuerzas y sin entender nada”, relató.

Ocho días en UCI y un diagnóstico aterrador

Los primeros exámenes revelaron que la infección estaba avanzada dentro del riñón. El equipo médico detectó múltiples cálculos —primero creyeron que eran cuatro, luego encontraron siete— y tomó una decisión urgente: estabilizarlo con antibióticos antes de operarlo.

“Estuve ocho días en la UCI. Me querían hasta intubar”, confesó al aire.

Lo más llamativo fue la forma en que se presentó la septicemia. Iván no tuvo fiebre. Solo transpiraba muchísimo. Ese detalle “engaña” a quienes piensan que una infección grave siempre da temperatura alta.


Cirugía, catéter y el dolor más fuerte de su vida

Tras mejorar su estado general, el 10 de noviembre lo intervinieron para extraer cálculos y “mucha materia” acumulada en el riñón. La operación dejó heridas internas, laceraciones y un catéter que debía ir desde el riñón a la uretra.

“La pasé terrible. Cada vez que iba al baño, el dolor era espantoso. Le pegaba a la muralla”, confesó. El catéter recién fue retirado el 24 de noviembre, lo que marcó el inicio de su recuperación real.

Un mensaje urgente al público

Más allá del drama personal, Iván Torres lanzó una advertencia: no ignorar el dolor y consultar al médico aunque los síntomas parezcan mínimos. Según explicó, su caso demuestra que el cuerpo puede “hablar bajito”, pero aun así estar pidiendo auxilio.

“Soy muy tolerante al dolor y eso casi me mata”, dijo.

       

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