El estiércol o heces de ganado como purificador. Quizás una frase que no muchos esperaban escuchar. El resultado final del proceso digestivo de las vacas se ha utilizado históricamente como abono para las plantas, pero un equipo de científicos norteamericanos encontró usarlo como una especie de filtro para convertir el agua salada de mar en agua dulce, potable y consumible.
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Vivimos en un mundo 70 por ciento de agua. Sin embargo, el vital líquido podría escasear en un futuro no tan lejano. Algunos se preguntan ¿cómo es posible tal cosa? Y lo que sucede es que el agua salada de los mares no es apta para el consumo de las personas.
Entonces, los científicos idean un plan para hacer que este líquido pase por un proceso que la haga consumible para animales, plantas y personas. Es un proyecto en el que se trabaja desde hace mucho tiempo. Y aunque han estado cerca de lograrlo, no alcanza a que el agua sea potable.
Esto hasta la aparición del estudio del equipo de científicos de la Northeastern University, en Massachusetts. Los expertos lograron hacer que las heces bovinas adhieran un efecto purificador en el agua para convertirla en potable. No hay hasta ahora un proceso tan efectivo como este, dicen los investigadores, según Daily Mail.
El proceso que publica el portal británico consiste en pulverizar el estiércol con calores intensos. Entonces, las heces terminan convirtiéndose en polvo de carbono y posteriormente en espuma.
Esta efervescencia logra flotar en la superficie del agua de mar. Y cuando impacta con la luz del Sol, el agua que se posa debajo del material que se torna de un color negro se convierte en vapor. De esta manera logra atravesarlo hasta convertirse en agua potable.
Es el primer paso de un futuro posible
Los autores de la investigación explican que este podría ser el primer paso hacia la solución de la crisis de agua potable a nivel global. Sin embargo, este en sí no es el elemento que va a resolver el problema. La sustancia es muy costosa de hacer y es posible que no sea sostenible hacer frecuentemente este trabajo.
No obstante, significa el inicio de una ruta para seguir y encontrar el método final para establecer planes globales de purificación de agua.
“El material es un poco caro de fabricar y el material en sí no es sostenible. Además todo el proceso de desalación del agua consume electricidad”, dijo Yi Zheng, profesor de la Northeastern University, en un comunicado que publica Daily Mail.
Rescatan que lo que lograron crear y los niveles de purificación de agua que alcanzaron, son realmente esperanzadores para terminar con esta problemática mundial.
“El agua resultante era tan fresca. Su concentración de sodio era significativamente más baja que los estándares establecidos por la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. Para el agua potable”, añadió el profesor Zheng.