La guardia costera libia interceptó el domingo cerca de la costa del país un bote de madera con unos 500 migrantes que intentaban llegar a Europa, según la agencia de refugiados de Naciones Unidas.
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En los últimos meses han crecido las travesías y los intentos de cruce desde la nación norteafricana hacia las costas europeas. Ocurrió dos días después de una gran operación en una localidad occidental libia en la que al menos 4.000 migrantes fueron detenidos.
Libia se ha convertido en un importante punto de tránsito para las personas que huyen de la guerra y la pobreza en África y Oriente Medio con la esperanza de labrarse una vida mejor en Europa. La tendencia comenzó después de que el país se sumiera en el caos tras el alzamiento apoyado por la OTAN en 2011 en el que el dictador Moamar Gadafi fue depuesto y asesinado.
Los migrantes interceptados el domingo fueron desembarcados en una refinería en la localidad occidental de Zawiya, desde donde salen muchos migrantes, según ACNUR, la agencia de refugiados de Naciones Unidas. Entre ellos había ciudadanos sudaneses, somalíes, bengalíes y sirios, añadió la organización.
44 mil personas llegan por las costas del Mediterráneo
Era probable que desde allí fueran trasladados a centros de detención, como suelen hacer las autoridades libias con los migrantes interceptados.
Los guardacostas libias interceptaron el sábado a otras 90 personas, incluidas ocho mujeres y tres niños, y las devolvieron a Trípoli, según la agencia de la ONU. La Guardia Costera también recuperó los cuerpos de dos migrantes, y había otros 40 desaparecidos en el mar.
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En lo que va de año, unas 44.000 personas han llegado a las costas europeas por la ruta del Mediterráneo Central desde Túnez y Libia.
Para el 25 de septiembre, más de 25.000 personas habían sido interceptadas por los guardacostas libios, que cuentan con instrucción y equipamiento de la UE, y devueltas al país desgarrado por la guerra, según la agencia de migración de Naciones Unidas.