Claudia Pascual (PC), exministra durante el segundo mandato de Michelle Bachelet, está segura de que ella tendrá un “gesto” público en favor de Gabriel Boric, y de que eso, en ningún caso, implicará intervencionismo.
PUBLICIDAD
¿Qué importancia le atribuye a los gestos que pueda tener?
—A ella le tenemos todos un profundo respeto y cariño, y sabemos que es una demócrata. No me cabe la menor duda de que va a manifestar siempre una opción por la profundización de la democracia.
¿Cree que eso pueda resolver las dudas que pesan sobre Boric?
—Indudablemente puede reforzar la opción de un segmento que le tiene respeto. Cuando ella se presentó había profundas desconfianzas porque es mujer, por lo que me imagino que debe sentir una solidaridad con Gabriel, que es más joven que muchos y ahí se ha explotado una desconfianza, a veces mala leche. Desde esa perspectiva ella lo va a entender y es importante para un sector que se le vea desde esa perspectiva.
¿Qué le parece que José Antonio Kast la acuse de intervencionismo? En redes sociales así lo catalogó, pero posterior al debate dijo que prefiere no “usar esa palabra”.
—Es de una patudez sin límites. El Gobierno, el que debiera estar omitido de sus preferencias, ha hecho intervencionismo durante toda la campaña en favor de él. No sólo tiene a sus voceros, ministros y subsecretarios pasándose por alto la prescindencia que tienen que tener, sino que además, han llevado a representantes de gremios a ocupar el micrófono en la misma Moneda y admite que cuando Paula Daza pasa al comando de Kast, lo haga desde Cerro Castillo. Acá ella es una ciudadana más y tiene derecho a manifestar sus preferencias
Es de una patudez que ella no pueda hacer nada. Acá es una ciudadana más, otra cosa es que fuera vocera del candidato o comandando, lo que no ha hecho. No tiene ningún sentido de realidad el reclamo del candidato de ultra derecha.
¿Se debería reunir con él?
—Entiendo que ella viene como ciudadana y, por lo tanto, a mi juicio no tiene ninguna obligación. Le podrían corresponder algunas obligaciones en relación al Gobierno, pero no con las candidaturas.
¿Qué le parece el trato que se le da a la expresidenta a nivel nacional?
—En general, con la presidenta como persona, con su gobierno y en particular con su segundo mandato, se ha sido tremendamente injusto. No ha habido un reconocimiento de la vocación transformadora de su gobierno, de las cosas que se lograron y también ha faltado hacernos cargo y parte, a algunos, de las cosas que no se pudieron lograr. Porque por un lado no fue posible por los detractores de siempre, pero también porque algunos no quisieron apoyar más su programa y que eran parte de su coalición.
No se iban a solucionar todos y cada uno de los problemas que tiene Chile en materia de desigualdad, lo tengo claro, hoy la expectativa es más profunda, por supuesto, pero eso no quita lo que ella hizo, que fue mover estos temas.