Este lunes se realizaron en Gardena, Los Ángeles, los funerales de Valentina Orellana Peralta, la menor chilena muerta en medio de un tiroteo de la policía estadounidense contra un hombre en un centro comercial.
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Masiva despedida a Valentina
Encabezada por el reverendo Al Sharpton, reconocido en su país por su activismo por los derechos civiles, fue quien recibió a los padres de Orellana, quienes en declaraciones reproducidas por agencias noticiosas internacionales reconocieron estar “devastados” por la pérdida de su hija y en la misma vistieron un chaleco negro con la imagen de la menor y la frase “Justicia para Valentina”.
“Venimos aquí a suplicar por justicia”, señaló, por su parte, el abogado de la familia chilena, Benjamin Crump, el mismo profesional que estuvo detrás de la defensa de George Floyd, muerto también por la policía estadounidense en un operativo de detención.
La sangre de Valentina (Orellana) no saldrá de las manos del Departamento de Policía de Los Ángeles mientras continúen justificando acciones injustificables
— Benjamin Crump
“La sangre de Valentina no saldrá de las manos del Departamento de Policía de Los Ángeles mientras continúen justificando las acciones injustificables que causaron que este ángel de 14 años derramara su sangre inocente”, afirmó.
Las críticas hacia los procedimientos de la policía de Los Ángeles siguieron en el discurso del reverendo Sharpton, quien antes de despedir el cuerpo de la menor, expuso que “no hay nada de normal en que ocurra un tiroteo tan descontrolado que una joven que vino a vivir el sueño americano y va a una tienda con su madre a comprar ropa, posiblemente para Navidad, termina vestida para su funeral”.