Lo vienen anunciando varios desde hace meses, pero a las autoridades económicas del país el término les causa terror, por lo que tratan de esquivarlo.
PUBLICIDAD
Se trata de la indeseada estanflación, una suerte de tormenta perfecta que tiene enormes consecuencias.
Es la suma de alta inflación con bajo, nulo o negativo crecimiento, algo que a nivel de la calle es claramente palpable.
El banco de inversión estadounidense JP Morgan advirtió a comienzos de marzo de este año sobre tal posibilidad, por medio de uno de sus expertos en el seminario “Chile: ¿Qué viene ahora?”.
“El Fisco no está gastando lo que gastó (en 2021 por medio del Ingreso Familiar de Emergencia, respuesta a las consecuencias económicas de la pandemia de coronavirus), y vamos a tener una desaceleración fuerte este año. Y la inflación alta es la contracara de la expansión del consumo, producto de la doble contribución de las ayudas estatales y de los retiros de fondos de pensiones... Así que es muy probable que veamos la tan temida estanflación en Chile este año”, dijo en esa ocasión Diego Pereira, economista jefe para el Cono Sur de JP Morgan.
Dos meses después de aquellas palabras, lo dicho asoma como una predicción que se está cumpliendo.
[ Ministro de Hacienda Mario Marcel pone fecha límite al alza de preciosOpens in new window ]
En abril el IPC fue del 1,4%, cuando se estimaba que sería de un 1%. En lo que va del año esa cifra llega al 4,8%, y el alza en doce meses seguidos alcanzó el 10,5%. Ese es el primer registro de dos dígitos en casi 30 años, cuando en 1994 se llegó al 11,2%.
PUBLICIDAD
Y en los inicios del presente mes, en el primer Informe de Finanzas Públicas de la administración del Presidente Gabriel Boric, se señaló por medio del ministro de Hacienda, Mario Marcel, que “estamos adoptando estimaciones considerablemente más moderadas, con crecimiento de 1,5% para la economía de este año”.
Así, la estanflación no es una novedad para el director de la Escuela de Negocios de la Universidad Mayor, Francisco Castañeda.
“Están las condiciones para hablar de estanflación en Chile, algo que también se vive en otras partes, como Estados Unidos. Esta suma de desaceleración importante en lo económico e inflación creciente la vemos en la práctica, aunque la expansión a lo mejor no sea cero ni menos que eso. La estanflación es muy compleja para la economía, pero podemos decir que estamos en un cuadro de estanflación, aunque técnicamente quizás no por la definición de crecimiento negativo. Pero la realidad la está demostrando”, explicó el economista y académico.
EL FACTOR DE LA GUERRA ENTRE RUSIA Y UCRANIA
El profesor de la Universidad Mayor agregó que “las alzas de la tasa de interés por parte del Banco Central hasta el 8,25% afectan al consumo, a los créditos y a la actividad. Es cierto que se baja la inflación, pero al mismo tiempo se reduce la perspectiva de crecimiento, que ya viene dañada por la disminución del gasto público de un 30% en 2021 a apenas un 4% en 2022. Y como además la política monetaria también es restrictiva, es necesaria una mejor y mayor coordinación entre el Banco Central y el Ministerio de Hacienda. El puzzle es complejo para ambas entidades”.
En términos similares se expresó el CEO de Inversión Fácil, Cristián Lecaros.
“Según la definición clásica de la estanflación, Chile probablemente ya está entrando en ese proceso, porque los números indican que la inflación acumulada va ya alrededor del 10% y el crecimiento asoma bajo. A nivel externo nos perjudica la guerra entre Rusia y Ucrania, que ha hecho subir los precios del petróleo y de los alimentos. Y en lo interno hay que sumar el factor político del proceso constituyente, que ha generado mucho ruido y nerviosismo, afectando las expectativas. El freno de la producción por las cuarentenas y la inundación de liquidez generaron esta tormenta perfecta”, precisó el ingeniero comercial.
UNA UNIÓN QUE SE CREÍA IMPOSIBLE
La ortodoxia económica califica a la estanflación como la suma de inflación y estancamiento, y agrega que cuando se produce hay consecuencias devastadoras, pues la población se empobrece.
La guerra entre Rusia y Ucrania, que se acerca a su tercer mes, es un importante elemento para explicar la actual estanflación.
El Premio Nobel de Economía de 1970, Paul Samuelson, la definió como algo “típico de las economías mixtas, debido a factores diversos, donde las sociedades generan mecanismos institucionales como subsidios de desempleo, salarios mínimos, y segmentación del mercado laboral, entre otros, que hacen que la economía reacciones de forma distinta a la teoría”.
El término estanflación fue acuñado por el ministro de Finanzas británico Ian McLeod en un discurso que dio ante la Cámara de los Comunes en 1965.
El alto funcionario dijo esa vez que el Reino Unido se encontraba en una especie de “stagflation”, combinando las palabras “stagnation” (estancamiento) e “inflation” (inflación).
Hasta mediados de los años setenta del siglo pasado se pensaba que estos dos graves inconvenientes macroeconómicos eran incompatibles entre sí.
Y para muchos el ejemplo clásico de la estanflación es la denominada “Crisis del Petróleo de 1973″, cuando el bloque árabe de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) decidió no venderles a países occidentales como represalia contra las naciones que apoyaron a Israel en la Guerra de Yom Kipur, que fue del 6 al 25 de octubre de ese año .
Subió el precio del petróleo, y como consecuencia de eso se produjo el incremento en los costos de producción, que lógicamente terminaron llegando a los productos de consumo por parte del público general, al mismo tiempo que la economía se encontraba estancada.