El Consejo de Defensa del Estado (CDE) dio un golpe y pidió a la Justicia abrir el testamento que dejó en vida Lucía Hiriart de Pinochet, quien falleció el pasado 16 de diciembre de 2021.
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De acuerdo a un reportaje de Chilevisión, el testamento fue notariado el 3 de septiembre de 2002, es decir dos años antes que la justicia estadounidense descubriera que su marido, el exdictador Augusto Pinochet, mantuvo ocultos millones de dólares en cuentas del Banco Riggs.
La presentación del CDE quiere determinar si en la sucesión existen bienes o activos desconocidos hasta ahora, los que podrían eventualmente ser embargados.
Esto porque en 2004 la justicia chilena inició una investigación que descubrió que Pinochet usaba un alias en el banco Riggs: Daniel López.
La justicia chilena logró establecer que Pinochet -ayudado por sus asesores- logró desviar de forma ilícita US$ 6.466.406 de gastos reservados a cuentas que mantenía en el extranjero, algunas de ellas abiertas con nombres falsos.
Le llueve sobremojado a la familia Pinochet Hiriart, ya que Silvia Jara Oliver, la enfermera que estuvo a cargo de Lucía demandó a la familia por dineros impagos y “malos tratos, humillaciones, ofensas y agravios”.
Según lo consignado por La Tercera, la mujer de 55 años reveló que los hijos del exdictador, Augusto Pinochet, habrían sido causantes de graves afectaciones a su “integridad física y psíquica”.
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Cabe destacar que Silvia estuvo acompañando a Lucía desde el 12 de enero del 2012 hasta el último día de su vida el 16 de diciembre del 2021, en donde cumplía las funciones de ayudarla con su higiene y vestimenta, alimentación y suministrar sus medicamentos.
El mismo medio nacional cuenta que la jornada laboral de la profesional eran turno de 48 a 72 horas, y que a juicio de la demandante, el horario era “totalmente abusivo”.