Con su voz dulce y una actitud que define como “querendona” cuesta entender el brutal ataque del cual fue víctima la enfermera de la Clínica Cordillera Pola Álvarez en Las Condes, quien relató en entrevista con la animadora Monserrat Álvarez, del matinal “Contigo en la mañana”, cómo era el violento actuar de su compañera Patricia Henríquez, sindicada como la autora intelectual del homicidio frustrado en su contra.
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Según contó, no podía dormir durante sus turnos de 24 horas, puesto que temía ser atacada y le daba miedo que ella llegara “con una jeringa de insulina y me la inyecte en la vena...eso siento que puede hacer”, relató Pola respecto a la inseguridad que le producía su compañera.
Henríquez comenzó con una serie de ataques psicológicos y físicos contra Álvarez, debido al celo profesional que le produjo que fuera ascendida a encargada de la Sección de Enfermería y ella dejara de ser jefa de turno.
Este celo desencadenó una serie de hechos de violencia contra Pola, a quien incluso la intimidó diciéndole que “le cuidaría a sus hijos”, dándole a entender que le podría pasar algo grave.
El día de furia
Uno de los momentos fuera de si que recuerda Pola respecto a Patricia fue cuando se perdieron unas llaves que le habían pedido que las guardara, pero negó en todo momento que se las hubiesen pasado.
“Ella no tenía por qué tener esas llaves, pero para que no se perdieran se las entregaron a ella. Testigos hay varios y ella dijo que jamás le entregaron las llaves...(finalmente) Se perdieron las llaves y medicamentos”.
Ante esto, Patricia “dijo que se iba a vengar porque la había acusado de haber tomado llaves que nunca recibió”, pero ya la habían visto tomarlas con sus propias manos.
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El resultado, fue que la enfermera se alterara, comenzara a gritar y diera vuelta un plato de almuerzo que Pola tenía guardado para llevar a su casa y compartir con sus hijos.
“Se descontroló, se puso a gritar, dijo que se iba a vengar de todo y se iba a a defender de todo lo que le estábamos haciendo que era malo. Y se puso a gritar en medio de la urgencia, con los pacientes ahí, los médicos. La ingresaron a la residencia de la enfermería para que no siguiera gritando en el pasillo. Se pone a llorar, se encierra en el baño. Sale del baño, ve mi comida y todo lo que estaba encima de la mesa. Y barrió con todo, si esa mesa la hubiese podido dar vuelta, la da vuelta”, reveló Pola respecto al día de furia de Patricia.
Lo más insólito fue la respuesta que le entregó su jefa al conocer la situación.
“Respondió que mejor me consiguieran otro plato para comer. No sentí apoyo de ella en ese momento. Me fui super amargada a mi casa”, señaló respecto a su jefatura, quien terminó renunciando.