Tras el furioso reclamo de la exchica Rojo Carolina Soto contra el excesivo valor de un plato de pastas que compró a un restaurante por delivery, la empresa aludida salió a dar su versión de los hechos y aseguraron que le dieron todas las facilidades para remediar el inconveniente de mal gusto, pero ella no escuchaba razones, según contaron en entrevista con Página7.
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“El plato en sí sale aproximadamente 13 mil pesos y fracción, pero también hay que considerar que la porción que ella menciona son 20 raviolis rellenos de salmón, más 300 gramos de salsa pesto, que se hace con albahaca fresca, aceite de oliva y queso parmesano italiano, no marca nacional. Son pastas artesanales. Entre la pasta y la salsa son medio kilo (...) Lo que ella no consideró es que la aplicación le cobra al cliente un 30%, que serían en este caso 4.426 pesos, lo que incluye el delivery”, explicó Ángela Castañeda es una de las dueñas del emprendimiento de pastas caseras, Cagliari.
Cuando Soto llamó al local, Ángela explica que “no sabía quién era, porque lo único que hacía era gritar por teléfono, lo único que logré entender es que reclamaba por el tema del tamaño de la porción y por el valor, eso rescaté, porque era tanta su ofuscación y yo no entendía lo que estaba pasando, yo quedé en shock”.
Además, agregó que “ella dijo que éramos unos ordinarios, me hizo callar todo el rato, me decía ‘cállate, estoy hablando yo’, dijo que iba a llegar hasta las últimas consecuencias, que nos iba a funar por todos lados, y que llegaría al Sernac”.
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Tras esto, Castañeda dijo que la cantante le cortó el teléfono y ella le devolvió el llamado a los minutos después, esperando que hubiese bajado las revoluciones, pero no fue así.
“Esperé 10 minutos para que tomara un respiro y poder conversar. Le devolví el llamado y le ofrecí la alternativa, como a cualquier otro cliente, que si no le gusta un plato, hacemos devolución, siempre asumimos nuestros errores y se les devuelve el dinero al cliente”.
Pero, “ella me insistió si acaso esa era la solución que le iba a dar, que no quería el dinero, y que ya nos había funado por redes sociales”.
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“No sé qué quería como solución”
Tras lo anterior, expresó que “estaba para adentro, está bien el enojo, pero también soy una persona que está detrás del teléfono, se lo hice saber a ella. Me dijo ‘yo no te he insultado’, efectivamente no hubo ningún garabato de por medio, pero el respeto también se basa en que hable la otra parte y no ser tan a la defensiva, ella fue prepotente, porque hasta el día de hoy, no sé qué quería como solución”.
“Le ofrecimos una solución y a ella no le pareció, quizás esperaba que le diéramos algo más grande, pero en la página aparece que es una porción. Hay una sección que es familiar, que se llama fontana, y son porciones familiares, y lo que ella compró está dentro de las porciones individuales. Ella está en su derecho de enojarse”, añadió.