Fernando Atria, abogado constitucionalista y exconvencional de la asamblea constituyente que redactó el borrador de nueva Constitución que fue ampliamente rechazada por la ciudadanía en el plebiscito de salida, descartó este lunes realizar una autocrítica respecto del revés en las urnas, y optó por repartir las culpas de la derrota entre sus excompañeros de Convención y las “fake news” del texto de la Carta Magna.
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En un video publicado en la cuenta de Instagram @el_atriarcado, el jurista criticó que la Constitución fue escrita en “lenguaje propio de asambleas estudiantiles” y le achacó buena parte del revés institucional a los “convencionales disfrazados de personajes de animé”.
La defensa de Fernando Atria
A una semana del plebiscito, y luego de un silencio que propició la reacción de variados políticos contrarios a la nueva Constitución, Atria regresó a la palestra pública y al igual que otros mediáticos convencionales, como Daniel Stingo o Alejandra Valle, buscó en agentes externos la debacle del proyecto.
“Yo creo que cuando se pasa por una derrota como esta, quienes han estado envueltos en un proceso que lleva a ella, debemos una explicación. Sobre todo cuando son personas que tiene un mandato popular”, inició el abogado, uno de los más fervientes defensores del contenido de texto constitucional.
“Así que la demanda o la expectativa en que uno va a explicarse es totalmente justificada. La idea de que solo por el hecho de la derrota uno debe una autocrítica, como si uno no tuviera las suficientes con las heterocríticas, pero esa idea yo creo que es un poquito fuera de lugar”, prosiguió el profesional, quien enfocó su discurso en la serie de inconvenientes que llevaron a la decisión de la mayoría de ciudadanos.
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“Lo que hay que hacer es explicar, reflexionar sobre la derrota, por supuesto, sino reflexionando sobre lo que uno hizo llega a la conclusión de que parte de lo que uno hizo contribuyó a la derrota. Entonces, se tiene que hacer una autocrítica, es evidente. Pero esta pulsión por esperar la autocrítica yo creo que es entre el moralismo, que cada uno asuma sus culpas, porque todos son culpables, y la farándula, porque a la gente le gusta ver a los políticos que normalmente considera altaneros, contritos, así de afligidos. Entonces, no creo que sea necesario hacer una autocrítica, hay que hacer una reflexión profunda”, apuntó.
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Y fue en esa reflexión que Atria encontró en sus compañeros convencionales a una parte de los culpables de la derrota. La otra, por cierto, estuvo en las “fake news”.
“La gente no vio precisamente amor por Chile y sus emblemas en la Convención, vio desprecio o desatención por ciertas prácticas, símbolos y protocolos republicanos por los cuales tiene cierta afección. Vio convencionales disfrazados de animé, vio a una convencional gritándole a cinco centímetros de la cara a la señora Carmen Gloria Valladares en la inauguración, interrumpiendo a niños cuando cantaban el himno nacional, y a otro votando desde la ducha”, se quejó.
“La gente votó en contra de una Constitución distinta de la propuesta. La gente votó en contra de una Constitución que iba a afectar la propiedad de sus viviendas, que eliminaba la educación particular subvencionada, que impedía la heredabilidad de los fondos de pensiones y que iba a crear una clase indígena privilegiada”, justificó.
“Una campaña de desinformación no supone que el destinatario de esa campaña es tonto. No es una forma de despreciar a los votantes ingleses, norteamericanos o brasileños decir que en el caso del Brexit, la elección de Trump o la elección de Bolsonaro hubo campaña de desinformación”, explicó.
Las fallas de la Convención Constitucional
Las críticas de Atria no sólo quedaron en eso, puesto que también apuntó sus dardos a la pobre redacción de la Constitución.
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“Estaba escrita en un lenguaje propio de asambleas estudiantiles: Mujeres y personas con capacidad de gestar, diversidades y disidencias sexogenéricas, espacios de decisión de las organizaciones políticas, etcétera”, cuestionó.
“En la Constitución había quedado todo lo que interesaba a cada uno de los grupos que estaba en la Convención, desde los derechos de los animales hasta la protección de las semillas tradicionales, y habían otras cuestiones que no habían quedado suficientemente explícitas e importaban a la gente, como la protección de los fondos previsionales”, dijo, al paso que acusó al bloque izquierdista de la Convención de faltarle “magnanimidad”.
“No usar las posibilidades que las reglas existentes me dan a mí de pasar por arriba e ignorar la posición del otro. Falta de magnanimidad es lo que caracterizó a la derecha por 30 años”, recordó.
Sobre el final, expuso que su bloque político -Frente Amplio- hizo todo lo posible para “articular una mayoría de dos tercios”, que les permitiera llevar al éxito a la constituyente. Algo que, a su juicio, quedó marginado por la conducta de los varios integrantes de la Convención.
“Con el Frente Amplio hicimos lo que teníamos que hacer en la Convención: Articular una mayoría de dos tercios que pudiera llevar adelante con éxito el proceso constituyente, y por otro lado, ampliar la conversación. El daño lo hizo la conducta de la Convención más que las normas aprobadas por la Convención”, finalizó.