No hay dudas de que estamos con estrés hídrico y de que nos afecta una grave megasequía desde hace más de una década.
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Pero en realidad son pocas las medidas impuestas y autoasumidas que existen para afrontar estos líos.
Y por eso ayer fue anunciada una propuesta que puede ayudar a tomar conciencia de este grave problema hídrico.
Se trata de modificar la estructura tarifaria de las empresas sanitarias para mediante el cobro incentivar a quienes consumen menos y desincentivar a los que superan los promedios razonables de gasto de agua.
Es que el promedio por persona es del orden de 120 litros diarios, pero hay sectores en los que esa cifra se dispara hasta a 300 litros, especialmente en el sector oriente de la Región Metropolitana, donde hay más piscinas, jardines y áreas verdes, que exigen más agua en la época estival.
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“Esta medida ha sido implementada en otros países, como España, cuyo caso hemos revisado. A la Superintendencia de Servicios Sanitarios, que regula a las empresas del sector, se le encargó un estudio que nos permita entregarle una indicación legal al Congreso durante el próximo semestre para discutir esta posibilidad”, dijo ayer el ministro de Obras Públicas, Juan Carlos García.
“Los consumos altos no están acordes con nuestra situación, pero la intención no es subirles el precio del agua a todas las personas, pues la gran mayoría de los chilenos y las chilenas consume agua dentro del promedio menor. Hay grupos acotados de personas y de industrias que están superando el promedio, y es a ellos a los que va a impactar la medida planteada”, añadió el titular del MOP.
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El secretario de Estado explicó que “esto hay que hacerlo con urgencia y responsabilidad, dado que el modelo es complejo y debe generar tranquilidad y entregar transparencia, para evitar el racionamiento de agua gracias a la implementación de consumos estables de un recurso que es escaso”.
El ministro García se juntó este miércoles con representantes de Aguas Andinas para hacer un llamado en orden a usar de manera eficiente el recurso hídrico, dado que en las fiestas de fin de año se producen notables alzas en los consumos, con crecimientos de hasta un 25% en Navidad y de hasta un 30% en Año Nuevo.
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Los mayores consumos en esas jornadas se dan entre las 16 y las 22 horas, alcanzando 40 mil litros por segundo cerca de las ocho de la tarde.
Por ejemplo, en Año Nuevo son consumidos cerca de 580 millones de litros de agua más que el promedio diario anual, lo que equivale a un gasto extra de 3,2 millones de personas en un día.
“En eficiencia hídrica estamos bastante atrasados y como país debemos ponernos al día, por eso queremos acelerar en este campo. Sabemos del impacto del cambio climático en las personas, en la agricultura y en la industria, por lo que debemos avanzar con todos los actores de cara a una situación que llegó para quedarse”, añadió el máximo responsable del MOP .
“En lo inmediato tenemos un verano caluroso, aunque en los meses previos gestionamos el recurso para reducir los riesgos de racionamiento. También nos ayudó la mayor cantidad de precipitaciones que tuvimos en el pasado invierno. Pero lo anterior no significa que la situación esté resuelta”, cerró el ministro García .
INVERSIÓN EN LA REGIÓN METROPOLITANA
Con siete millones de habitantes, el 40% de la población de todo el país, la Región Metropolitana enfrenta el riesgo de sufrir racionamiento de agua en un futuro no muy lejano si persisten la megasequía y la falta de uso racional.
Por eso desde el Gobierno Regional fueron anunciados a mediados de año cinco proyectos para asegurar la disponibilidad hídrica, con una inversión de tres mil 240 millones de pesos.
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Son crear ordenanzas locales en las 52 comunas, desarrollar treinta estrategias hídricas con ingeniería de detalle, implementar un programa piloto de sensibilización y concientización en colegios y comunidades, tener soluciones basadas en la naturaleza para preservar los cauces, y establecer el Consejo de la Cuenca del Maipo.
SALVADOS (POR AHORA) DEL RACIONAMIENTO
La megasequía de más de una década en el área más poblada del país, desde la Región de Coquimbo a Región de La Araucanía, exige manejar con cautela el recurso.
Cabe citar que un reporte de la Organización Meteorológica Mundial, OMM, de mediados de 2022 indicó que “la megasequía de Chile central ya se considera la más larga en la región en al menos mil años”, por lo que somos el país que lidera la crisis hídrica en el Cono Sur.
De hecho, en las últimas tres décadas la disponibilidad de agua en el país bajó entre 10% y 37%, y en algunas zonas cayó un 50% .
“Hay que educar para gastar menos agua, que en verano es muy demandado por el riego de los jardines y el llenados de las piscinas. Las casas deberían tener menos césped y habría que plantar vegetación que gaste menos agua. También hay que evitar el desperdicio por el forzamiento de los grifos”, dice Karen Peña, académica del Departamento de Silvicultura y Conservación de la Naturaleza de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza de la Universidad de Chile.
La profesora enfatiza en que “el agua y principalmente la nieva caídas durante el último invierno ayudaron a mitigar en parte los efectos de la larga megaseaquía”.
“Pero si continúa presente esa condición de sequedad extrema en el país y también permanece el nivel de consumo de agua actual, con seguridad en algún momento llegaremos a ver racionamientos de ese recurso”.