La idea no es nueva, pero siempre sorprende cuando es reflotada: crear una moneda única para esta parte del mundo.
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En 2008, el fallecido Presidente venezolano Hugo Chávez incluso planteó la chance de contar con una divisa amplia, de carácter latinoamericano, a la que bautizó sucre, un acrónimo de Sistema Único de Compensación Regional, que en principio sería usada por países de la Alianza Bolivariana para las Américas, ALBA.
Ahora, los Presidentes de Argentina y de Brasil, Alberto Fernández y Luiz Inácio Lula da Silva, propusieron el último domingo contar con una moneda unitaria en Sudamérica, justo antes del inicio hoy en Buenos Aires de la VII Cumbre de la Celac, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, cita a la que también asiste el Presidente Gabriel Boric.
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Fernández y Lula firmaron un artículo en el que dijeron que “decidimos avanzar en las discusiones sobre una moneda sudamericana común que pueda usarse tanto para los flujos financieros como comerciales, reduciendo los costos operativos y también nuestra vulnerabilidad externa”.
El diario económico inglés Financial Times añadió hace dos días que Argentina y Brasil anunciarían esta semana el trabajo preparatorio común para que esa moneda no solo sea para los mayores países sudamericanos, sino que además sería la base para crear “el bloque monetario más grande del mundo después del euro”, con la propuesta brasileña de que esa eventual nueva divisa sea llamada sur.
El ministro de Hacienda trasandino, Sergio Massa, indicó que “si bien se habla inicialmente de una moneda común entre Brasil y Argentina, la invitación para unirse a dicho bloque está abierta a toda Latinoamérica”.
UNA APROXIMACIÓN DEL PRESIDENTE BORIC
Este es un tema que fue abordado de manera cauta en agosto del año pasado por el Presidente Boric, cuando participó del cambio de mando en Colombia.
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“Todas las instancias e iniciativas de integración regional que fortalezcan la cooperación entre nuestros países nos parece que apuntan en una buena dirección. Ahora, estos mecanismos específicos son muy complejos. En el caso europeo, se partió con la unidad económica del carbón y el acero en 1951, y llegaron a la moneda única en 2022. Por lo tanto, estos son procesos de largo aliento y tenemos mucho que avanzar antes”, dijo esa vez el gobernante nacional.
LA VOZ DE MARIO MARCEL
Y ayer el ministro de Hacienda, Mario Marcel, se expresó de forma sutil pero tajante sobre la posibilidad de que exista una moneda única latinoamericana, como lo plantean desde Brasil y Argentina.
“Está la experiencia de los países de la Zona Euro, donde primero hubo integraciones comercial y aduanera. Y luego vino la integración monetaria, que no solo implica tener una moneda común, sino que también contar con un Banco Central unitario que defina una política monetaria común a los países que usan esa moneda. Y lo que se vio, especialmente en la crisis de 2011 y 2012, es que también es necesario tener un grado importante de coordinación de la política fiscal, para lo cual la Unión Europea aprobó una serie de nuevas normas para asegurar una conducción responsable y común de la política fiscal”.
Marcel añadió que “desconocemos en el caso de lo mencionado de Brasil y Argentina cuánto más allá quisiera avanzarse en estas distintas materias. Primero debemos preocuparnos de entender sus alcances y contenidos. Nosotros por el momento estamos cómodos teniendo una política monetaria y una política fiscal propias, que han sido especialmente útiles para empezar con la reducción de la inflación este año. Para calificar de buena o mala (la propuesta de una sola divisa latinoamericana) habría que contar con el conjunto de los detalles de la idea, más allá de la moneda común”.
UNA FUERTE CRÍTICA
El expresidente del Banco Central y hoy decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, José de Gregorio, se refirió ayer en duros términos a la propuesta de Argentina y Brasil en el programa “Más que números” de radio Infinita.
“Es lo más absurdo que he escuchado. Y poco creíble. Yo soy dudoso hasta del euro, que partió después de una unión económica muy profunda. Si alguien me dice que el Mercosur es algo, no. Es la nada. Por eso pensar en esa moneda única es una muy mala idea”.
Y José Gregorio no se detuvo ahí.
“Espero que el Gobierno y las autoridades no mencionen esto, pues ni siquiera vale la pena decir que vamos a ir a conversar. Es una total pérdida de tiempo. ¿Se imaginan a Argentina financiando su presupuesto sin el impuesto inflación? ¿Y los brasileños les van a pasar los billetes para que puedan ir a cerrar las cuentas fiscales, van a arriesgar la buena política monetaria que tiene? La verdad es que no tiene ningún sentido”.
LOS CONTRAS QUE DETALLAN EXPERTOS LOCALES
Varios son los puntos clave al momento de analizar la chance de asumir la moneda que ya bautizaron sur. Y lo cierto es que la idea de esa posible divisa no atrae a expertos nacionales.
José Patricio Uribe, académico de Ingeniería Comercial de la Universidad San Sebastián, explica que “lo primero es analizar la viabilidad de concretar algo así, lo que ya creo sumamente difícil. Argentina es un estado federado, por lo que es complejo que sus provincias se pongan de acuerdo. Y su Banco Central no es autónomo, como los de Chile y Brasil, lo que debería cambiar”.
“Argentina y Brasil no pasan hoy por el mejor momento económico para liderar algo tan complejo. Una moneda común debe ser creíble, como el euro, al que apoyan grandes potencias. Pero el real brasileño y especialmente el peso argentino se han devaluado en exceso en las últimas dos décadas”.
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El magíster en Economía Aplicada y profesor de la Universidad Andrés Bello, Denis Muñoz, agrega que “guardando las debidas proporciones, si se da esa moneda común Chile sería como Alemania en términos de estabilidad. Porque no hay que omitir que la suma de mercados genera volatilidad”.
“Un tema complejo cuando se piensa en una moneda común para varios países es la tasa de interés, debido a las distintas realidades inflacionarias. Es algo visto en Europa y fácil de extrapolar cuando se constata que en Argentina el alza oficial de los precios en 2022 se acercó al 100% (NOTA: Fue 94,8%, la más alta desde 1991). Brasil, que se juntaría con Argentina para iniciar esta eventual moneda común, ¿estaría dispuesto a pagar altos costos por esa unión si su inflación es mucho menor? (NOTA: El año pasado llegó al 6,5%). Esto me suena más a un mensaje político”.
Y Patricio Gana, director ejecutivo de AK Contadores, dice que “la idea de una moneda común para Latinoamérica no es nueva. Ya antes han existido propuestas o rumores al menos al respecto. Y la última es una propuesta que hoy está muy lejos de la realidad latinoamericana, con mucha inestabilidad política y escenarios muy diferentes en los países sobre cuentas macro y control de inflación. En ese contexto veo muy difícil, por no decir imposible, que se concrete esa moneda común. Es un anuncio que más bien busca impacto o beneficio político”.