Este 6 de junio se estrena el documental “Rafael Márquez, el capitán” que recapitula la historia deportiva del exídolo del fútbol mexicano que disputó cuatros copas del mundo y se consagró con la camiseta del Barcelona de España. Sin embargo, el relato biográfico de Netflix no apostó sólo por recrear el tránsito futbolístico de un crack tan valorado como Hugo Sánchez, sino que también profundizó en un capítulo sombrío en la vida del actual técnico del Barcelona B, de 46 años: su vinculación con las redes del narco mexicano, las que en 2017 le pusieron directamente en la “lista negra” de Estados Unidos y la temida DEA.
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En la presentación de la película, Márquez se incomodó con la consulta sobre el tema, pero “salió ·jugando” como en la cancha. “(El tema) No fue difícil, porque fue una situación que la conoció todo el mundo, pero, como lo digo en el documental, quizás las notas amarillas siempre hacen más ruido que las buenas. Y cuando el Departamento (del Tesoro) de Estados Unidos se desvincula sonó muy poco la noticia”, explicó el “Káiser”, su apodo mientras vistió las camisetas de Atlas, León, Mónaco, Red Bulls de Nueva York, Hellas Verona y Barcelona.
El 9 de agosto de 2017 la poderosa imagen del intachable “caudillo” de su selección y tantos equipos pareció derrumbarse ante los ojos incrédulos de la afición futbolera. Una investigación de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos le implicó en una red de testaferros del narcotraficante Raúl Flores y su caso, sometido a investigación, quedó en la lista negra de la Oficina de Control de Activos Extranjeros de EE. UU.
De la gloria al infierno
En ese momento, hace casi 7 años, la vocería oficial reveló que nueve empresas pertenecientes al excrack habían servido como vehículos para el lavado de dinero por parte de la organización criminal de Flores, con presencia en Ciudad de México y en Guadalajara.
Tanto Márquez como el cantante Julión Álvarez aparecieron en la indagación relacionada con el cartel de “Los Flores”, un grupo de narcotráfico liderado por Raúl Flores Hernández y similar en sus estructura familiar a la organización del tristemente célebre Chapo Guzmán. Aquellos que son incluidos en la lista de la OFAC -o “Lista Clinton”- por actividades ilegales o lavado de dinero no pueden ingresar a EE.UU. y se exponen a sufrir el congelamiento de sus cuentas y la confiscación de bienes en en territorio estadounidense. Todo ello se le aplicó por varios meses al exjugador mexicano que se radicó en España.
Con el paso del tiempo, Márquez confesó en una entrevista el gran impacto que le produjo aquella situación legal: “Te están diciendo que eres un narcotraficante, te están comparando con un narcotraficante, pero yo siempre he tratado de ser un ejemplo. Yo, que siempre he tratado de ser tan correcto, que no me he pasado ni un semáforo en rojo y me estaban poniendo el apodo de narcotraficante. Cuando llegué a mi casa ahí me derrumbé… Sufrí depresión, no quería salir de casa, uno piensas en el qué dirán, hasta que caí en que no tengo nada que esconder, no he hecho nada malo”, recapituló.
Entre 2006 y 2018, el jugador de Michoacán disputó cuatro mundiales con el “Tri”, y llegó a conquistar cuatro títulos de España, además de dos Ligas de Campeones, entre otros logros que se reflejan también en el documental dirigido por Carlos Armella. “En México faltan documentales de deportes y empezar con uno de los jugadores más grandes fue un reto porque todos conocemos la trayectoria de ‘Rafa’ y ahora logramos conocer al ser humano, sus altas y sus bajas”, comentó a la agencia AP el realizador que anteriormente dirigió “Ánimo juventud” sobre la adolescencia en su país.