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Estos son los principales focos de daño auditivo en Santiago según estudio

La investigación de GAES Chile afirma que el transporte público, la construcción y las autopistas superan los niveles de ruido que recomienda la OMS.

Lo que parece cotidiano como una caminata, un traslado en transporte público, o bien, hasta vivir cerca de una autopista, podrían tener sus riesgos para la salud. Esto lo evidencia en reciente estudio que realizó GAES Chile, quienes detectaron cuáles son los puntos más críticos del Gran Santiago en cuanto a contaminación acústica, alertando sobre daños irreversibles que puede causar a largo plazo enfrentarse al ruido urbano.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el límite recomendado de exposición al ruido para cuidar la salud auditiva es de 55 decibeles. No obstante, en Santiago existen zonas en las que el ruido del día a día es sobre los 90 decibeles, algo que se traduce en un evidente riesgo para la audición de quienes suelen transitar estos lugares.

Dicho trabajo catalogó al transporte público como el entorno más ruidoso, sobre todo en espacios cerrados como lo son vagones de mtro o buses, donde se puede alcanzar los 99 decibeles. Luego, vienen las autopistas, con 90 dB, y los espacios de construcción: 89 dB.

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Bajo este contexto, Víctor Astudillo, fonoaudiólogo de GAES Chile, señaló que “deberíamos preocuparnos cuando la exposición al ruido sea prolongada. Los niveles que registramos en Santiago, que fluctúan entre 75 y 85 decibeles según el sector, sobrepasan ampliamente los límites seguros definidos por la OMS”.

Otros ruidos del día a día

Algunos espacios que también son focos de ruidos elevados –aunque menos extremos– son los estadios, centros comerciales, servicios de urgencias y zonas de entretenimiento nocturno. Como si fuera poco, establecimientos educacionales e iglesias también arrojaron niveles que podrían contribuir a esta exposición perjudicial para la salud.

Como comentó Astudillo, los daños auditivos suelen ser de manera progresiva y complejos de detectar en un comienzo. “En etapas iniciales, se manifiesta como fatiga auditiva: necesitas subir el volumen del televisor o sientes que los demás ‘no hablan claro’, pero en realidad es el oído que empieza a fallar”, afirmó el especialista.

Según explicaron desde GAES Chile, la contaminación acústica no es solamente una molestia subjetiva; por el contrario, es un fenómeno objetivo con consecuencias medibles. De hecho, la OMS lo ha asociado, además de la pérdida de audición, a trastornos del sueño, estrés crónico y enfermedades cardiovasculares.

Serie de recomendaciones

Los especialistas recomiendan algunas medidas simples pero con gran eficacia:

  1. Utilizar protectores auditivos si se trabaja o se transita en entornos ruidosos.
  2. Limitar el tiempo de exposición en lugares de alto ruido.
  3. Controlar el volumen de dispositivos de audio: mientras más alto el volumen, menos tiempo de uso es recomendable.
  4. Realizar exámenes auditivos periódicos como parte del chequeo médico preventivo.
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