Dos informes recientes de la Fiscalía de Los Ríos podrían cambiar el rumbo de la investigación sobre la muerte de Tomás Bravo, el niño de tres años que falleció en febrero de 2021. Jorge Escobar, tío abuelo del menor, es el único sospechoso en este caso, y los nuevos hallazgos de ADN lo vinculan aún más a los hechos.
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A pesar de la aparición de estas pruebas, el proceso legal enfrenta complicaciones debido a la existencia de un juicio previo por abandono de menor que complica la posibilidad de una nueva formalización.
Desenlace incierto pese a nuevas evidencias
Según información de Radio Biobío, los informes de ADN indican que Escobar, de 61 años, podría estar directamente relacionado con la muerte de Tomás. La autopsia revela que el menor murió asfixiado durante una agresión sexual, y la fiscal Tatiana Esquivel ha conseguido escuchar las comunicaciones de Escobar y su familia durante más de un año, lo que podría aportar más evidencias al caso.
Sin embargo, la situación se complica. La fiscalía del Bío Bío, liderada por Marcela Cartagena, está llevando a cabo un juicio por abandono de menor con resultado de muerte contra Escobar, lo que impide que la misma persona sea juzgada dos veces por el mismo hecho.
La investigación inicial se abrió en marzo de 2021, pocos días después de que el cuerpo de Tomás fuera encontrado. En ese momento, el entonces fiscal José Ortiz formalizó cargos de homicidio calificado contra Escobar, pero la falta de pruebas concretas llevó a su sobreseimiento.
Las escuchas telefónicas
Fuentes ligadas al proceso detallan que Esquivel consiguió 13 autorizaciones judiciales para intervenir los teléfonos de Escobar y su familia por más de un año.
“Gracias a Dios que estas mierdas no tienen como cagarme sipu. Quieren, pero no pueden, no pueden, y no lo van a poder hacer. Mira a esa cagá de la fiscalía, a todas las hueás, no les tengo miedo, a la justicia no le tengo miedo. Oye, feño, ¿sabí por qué no le tengo miedo? Porque yo soy inocente de todas las hueás que me han levantado. Lo que me ha levantado la gente, lo que me ha levantado la tele, lo que me ha levantado la fiscalía. Si todas esas hueás, mira ahí po: yo he estado en contra de todas esas mierdas po (sic)“, dice una interceptación a Escobar fechada el 26 de febrero de 2024.
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Durante el inicio del juicio, Escobar afirmó que a Tomás se lo llevaron cuando él descendió a buscar una vaca extraviada. Según su testimonio, al regresar notó unas huellas —de aproximadamente tres metros— que, según él, corresponderían al niño. Como respaldo, su defensa presentó un video donde aparece una figura difusa, posiblemente una tercera persona involucrada en la desaparición. La madre de T., Estefanía Gutiérrez, declaró a CHV que, tras ver ese registro, no tiene dudas de que había otra persona en el lugar.
Según antecedentes recopilados Radio Biobío, nuevos peritajes de ADN —cuya existencia fue declarada bajo reserva por el fiscal Esquivel— indicarían una compatibilidad genética con el imputado. Estos informes, de carácter probabilístico, reforzarían la hipótesis de que Escobar continúa siendo el principal sospechoso del caso. Aunque no se ha detallado el nivel de coincidencia, ya existen precedentes donde hallazgos similares han sido clave para avanzar en una formalización, como ocurrió en el caso de Manuel Monsalve, donde la evidencia genética fue determinante.
Las nuevas pruebas generan un dilema jurídico relevante: no está claro si la Fiscalía puede reabrir una formalización o avanzar hacia una condena por el mismo hecho, es decir, la muerte del niño. Esto se debe a lo establecido en el Artículo 1 del Código Procesal Penal, que prohíbe someter a una persona nuevamente a juicio si ya ha sido absuelta, condenada o sobreseída definitivamente por el mismo acto mediante una sentencia ejecutoriada. Esta situación podría complicar los próximos pasos del Ministerio Público.