La última vez que Silvio Rodríguez se presentó en nuestro país fue en octubre de 2018, ocasión en la que también tuvo que agendar cuatro conciertos debido a la gran cantidad de seguidores que tiene su música y poesía en Chile.
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El compositor del disco Días y Flores (1975), viene de presentarse en un concierto gratuito que da cada vez que inicia o finaliza una gira y que se realizó el pasado 19 de septiembre en las escalinatas de la Universidad de La Habana, lugar icónico, y que Silvio eligió como señal de apoyo a las protestas impulsadas por la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), por el aumento del precio de internet en Cuba.
Por medio de un video publicado su sitio Zurron del Aprendiz, el trovador de 78 años señaló que pidió permiso para hacerlo ahí, “porque recientemente vi actitudes muy positivas de la juventud universitaria de la FEU, con respecto a los problemas de la telefonía”.
“Vi en el espíritu de ellos, el espíritu de la FEU que yo recuerdo de toda la vida, esa cosa revolucionaria, dinámica, comprometida con la sensibilidad popular. Y por eso, porque tengo esperanza, porque me hicieron sentir esperanza cuando vi sus actitudes”.

Su regreso y vínculos con Chile
El autor del disco Mujeres (1978), se presentará el próximo lunes 29 de septiembre, miércoles 1, domingo 5 y lunes 6 de octubre en el Movistar Arena, cuyas entradas se agotaron en un par de horas, algo que sorprendió al compositor de Al Final de este Viaje (1978), según relató a Publimetro en abril pasado: “Fue una total sorpresa para mí que se vendieran tan rápido las entradas para cuatro conciertos”.
En la ocasión, el creador de Rabo de Nubes (1980), reveló cuál fue su primer vínculo con nuestro país y cómo fue cultivando amistad con diversos artistas chilenos.
“Cuando era niño, Lucho Gatica fue la primera noción que tuve de que Chile existía. En Cuba fue muy querido. Después, las hermanas Sonia y Miriam. Tremendo dúo, también muy queridas en Cuba. Cuando crecí un poquito llegaron los poetas: Nicanor, Neruda, Huidobro, y muy poco después la inmensidad indescriptible de Violeta Parra, la consecuencia artística de sus hijos. Víctor Jara, sin duda, también es mucho Chile. Fui amigo y admiro mucho a Roberto Matta".
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El compositor del album Unicornio (1982), relató que cantó en dos ocasiones con Víctor Jara: “Sí, en La Habana nos vimos en Casa de las Américas y en Chile, la primera vez que llegamos, estaba esperándonos en el aeropuerto, junto a Chabela, Ángel y muchos otros compañeros. Recuerdo que también nos vimos en la Isla de la Juventud, en Cuba, en un Festival de la Nueva Trova. Nos llevábamos bien, discutíamos muy fraternalmente; éramos de realidades muy diferentes, pero nos unía el compromiso del oficio y el enfoque que teníamos del mismo.

Su primera vez en Chile
El autor del disco Tríptico I-II y III (1984), visitó el país por primera vez en septiembre de 1972 junto a Noel Nicola y Pablo Milanés, en pleno gobierno de la Unidad Popular.
“Chile estaba en guerra, o al menos Santiago lo estaba. Vivíamos en el centro, salíamos a la calle y era raro el día en que no nos veíamos envueltos en una pelea entre civiles y carabineros: bombas lacrimógenas, chorros de agua, etc. No estábamos acostumbrados a eso, aunque nos resultaba interesante, incluso atractivo. Vimos a los mineros con un cartel que decía: “Chicho, danos las armas”. Por las noches nos íbamos a la Peña de los Parra y por allí desfilaba toda la nueva canción, hasta a Gerardo Vandré estaba por esos días. Comimos muchas empanadas y bebimos vino blanco".
Además, el creador del album Causas y Azares (1986), expresó su admiración por la obra de Violeta Parra: “Violeta es una revolucionaria, en terminos artísticos. Y no lo es por hacer lo mismo sino porque transgrede. Esa es la excelencia que un genio como Violeta tiene para enseñar”.

“Todavía me gustaría ser periodista”
La primera canción que compuso el autor del disco Oh, Melancolía (1988), se tituló: “El rock de los fantasmas”, cuando tenía alrededor de 15 o 16 años, cuya letra según el trovador es “una tontería: Los fantasmas, los fantasmas roqueando con cadenas y guitarras…”
Entre los años 1961 y 1962, el compositor de Silvio (1992), trabajó en la revista Mella donde dibujó historietas y quiso ser periodista: “Siempre me gustó la música. Mi madre cantaba, tuvo un dúo con una hermana a los 15 años. Mis tíos fundaron diversos proyectos musicales en mi pueblo. Aunque todavía me gustaría ser periodista”.
El primer disco que grabó el cantautor cubano fue en 1969 y se trató de “un libro-disco que no salió” y que incluía las canciones: “De la ausencia y de ti, Velia”, “No pienses, no digas” y “Cuántas veces al día”, además de una cuarta que no recordó.
Ese mismo año, el creador del disco Rodríguez (1994) se embarca en el buque pesquero Playa Girón con destino a las costas africanas.
“Recientemente se había creado la Flota Cubana de Pesca, integrada sobre todo por jóvenes, quienes pasaban largos meses pescando en el Ártico o en África. La idea era pasar de barco en barco, haciendo recitales y viviendo la experiencia. Y así lo hice durante cuatro meses y una semana. Por cierto, en esas travesías leí “La amortajada”, de María Luisa Bombal“.
En el año 1975, en tanto, el autor del album Domínguez (1996), envió una carta al presidente del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), Alfredo Guevara, pidiéndole ser parte de los artistas que se embarcarían a Angola en 1976, señalando que le “gustaría ir como combatiente”.
“Fui dos veces a Angola en 1976. En total estuve 7 meses en aquel país que, cuando llegamos, estaba invadido hasta la mitad por la Sudáfrica del Apartheid. Fui como militar (mi chapilla era 35665), pero me dieron la misión –junto a otros artistas que también se habían presentado voluntarios– de recorrer los frentes para animar las tropas cubanas y angoleñas. Mi brigada estaba compuesta por el trovador Vicente Feliú, el mago José Álvarez Ayra y yo. En los primeros 4 meses hicimos cientos de actividades, moviéndonos por tierra, en territorios complicados, pero tuvimos mucha suerte. Al segundo viaje también fueron Pablo Milanés y Noel Nicola. Fue un poco más corto pero también interesante".

Incalculables canciones
Si bien el compositor de Descartes (1998) se encuentra trabajando en una segunda edición de compilación de su obra, desconoce cuántas canciones ha compuesto a lo largo de su carrera.
“Hicimos una antología, llamada Cancionero. Ahora mismo estamos trabajando la segunda edición. Y contiene cientos de canciones. Puede que haya escrito demasiado”, sostuvo.
“Las canciones se hacen en una circunstancia particular A todas les pasa lo mismo: es la idea que uno tiene y transmite en ese preciso momento. Supongo que las mejores deben ser las que son más útiles, las que nos mejoran, pero eso debe ser distinto para cada persona”, sentenció el autor del disco Mariposas (1999).
¿Pero qué inspira al compositor del album Expedición (2002) en la actualidad para seguir creando?
“Me motiva lo de siempre: es la guitarra la que me sugiere todo. Lamentablemente no me le acerco para intimar todos los días. Voy al estudio cada mañana, trabajo en canciones recientes o viejas, grabo lo que se me ocurre. Y sí que son distintos estos días de aquellos. Por entonces donde único podía grabar era en la memoria”, indicó el creador de Cita con Ángeles (2003).
Su obra ha traspasado varias generaciones, prueba de ello es el éxito que tienen sus presentaciones. Sin embargo, el autor de Érase que se era (2006) señala que “aunque a veces pueda encontrar vigencia en algo que canté, nunca me propuse escribir para el devenir. Conste que no se me escapa la ambigüedad de este tipo de trascendencia, que no solo distingue el amor sino también lo que arrastramos de lamentable”.

Gira Latinoamérica
La gira que iniciará en Chile este próximo lunes, también llevará al compositor de Segunda Cita (2010) hasta Argentina (11, 12 y 21 de octubre), Uruguay (17 y 18 de octubre), Perú (25 de octubre) y Colombia (31 de octubre y 2 de noviembre).
El trovador cubano y autor del disco Amoríos (2015), viajará acompañado en el piano con Jorge Aragón; batería, congas y percusiones, Oliver Valdés; en los teclados estará, Emilio Vega; en el contrabajo el experimentado, Jorge Reyes; el tres lo portará, Maykel Elizarde; en las guitarras segundas, Rachid López; mientras en la flauta, clarinete y coros, Niurka González.
Según adelantó el compositor de Para la espera (2020), el concierto en Chile tendrá “algunas canciones de mis últimos trabajos (Quería Saber 2024) y también esas otras que no pueden faltar en mis conciertos”.
