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MG3 HEV: así se comporta el nuevo hatchback híbrido de MG en ruta y ciudad

Probamos el nuevo MG3 híbrido en más de 300 kilómetros y te contamos sus fortalezas y debilidades: consumo, espacio, comportamiento, conectividad y ADAS

En un mercado donde los híbridos ganan cada vez más terreno, MG apuesta por democratizar la tecnología electrificada con el lanzamiento del MG3 HEV, un hatchback urbano que promete eficiencia, equipamiento avanzado y una experiencia de conducción amigable a un precio competitivo. Lo pusimos a prueba en un recorrido mixto de más de 300 kilómetros y esto fue lo que encontramos.

El nuevo MG3 HEV mantiene las proporciones de sus antecesores, con 4.120 mm de largo, 1.799 mm de ancho y 1.501 mm de alto, además de una distancia entre ejes de 2.570 mm que le da cierta estabilidad en ciudad. No hay grandes innovaciones en diseño exterior, pero se alinea con el lenguaje actual de la marca, con trazos sobrios y proporciones equilibradas. A primera vista, no llama la atención, pero tampoco desentona.

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En el interior, la configuración también es tradicional. Las pantallas —una de 10,25 pulgadas para el sistema multimedia y un clúster digital de 7 pulgadas— están bien ubicadas y son fáciles de leer. Los materiales no transmiten lujo, pero sí buena ejecución: plásticos duros bien ensamblados y un tapiz de tela aceptable. El maletero de 293 litros es reducido, pero coherente con el segmento. Atrás, el espacio para las piernas es justo, aunque funcional para trayectos urbanos.

La postura de manejo es uno de los puntos altos: asiento confortable, buena ergonomía y controles al alcance. El único punto débil está en la visibilidad trasera, que es limitada, aunque la cámara con líneas auxiliares y los sensores traseros compensan en maniobras de estacionamiento.

Motorización híbrida: eficiencia sin estridencias

El MG3 HEV combina un motor a combustión 1,5 litros de 100 hp y 128 Nm con un motor eléctrico de 134 hp y 250 Nm, para una potencia total combinada de 191 hp y 425 Nm de torque. La tracción es delantera y la caja es automática tipo CVT, operada por un selector en forma de dial que reemplaza a la tradicional palanca de cambios.

Durante la prueba, que abarcó más de 300 kilómetros en entornos mixtos (ciudad y carretera), el consumo promedio fue de 17 km/l. Lo interesante es que no optimizamos la conducción para privilegiar el uso de la batería: simplemente usamos el vehículo sin preocuparnos por los flujos de energía, y aun así el rendimiento fue correcto. No obstante, para tratarse de un híbrido, esperábamos algo más impresionante, especialmente considerando que en tramos urbanos se mueve en modo eléctrico con naturalidad.

El sistema ofrece tres modos de conducción (Eco, Normal y Sport), aunque las diferencias entre ellos son sutiles. La aceleración no es deportiva, pero sí contundente al arrancar gracias al torque eléctrico. El modo Sport no entrega una experiencia radicalmente distinta, pero sí algo más de respuesta inmediata.

Equipamiento tecnológico y de seguridad: el gran salto

Este MG3 híbrido marca un antes y un después en equipamiento dentro de su gama. Su dotación de asistencias avanzadas a la conducción (ADAS) es generosa, con elementos como control crucero adaptativo (ACC), frenado autónomo de emergencia (AEB), mantenimiento de carril (LKA), alerta de colisión frontal (FCW), aviso de cambio involuntario de carril (LDWS), control inteligente de luces (IHC) y asistencia en atascos (TJA), entre otros.

Es destacable que este nivel de seguridad activa esté presente en un vehículo de lista por $17 millones, una barrera de precio donde no siempre se encuentra este nivel de tecnología. También suma seis airbags, frenos de disco en las cuatro ruedas, sistema TPMS, cámara trasera, sensores de retroceso y control electrónico de estabilidad.

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En conectividad, ofrece compatibilidad con Android Auto y Apple CarPlay, conectividad Bluetooth y tres puertos USB. No hay carga inalámbrica ni head-up display, pero su enfoque es pragmático, no pretencioso.

En ruta: suave, correcto y sin sobresaltos

El MG3 HEV tiene una conducción orientada a la suavidad. La suspensión —McPherson adelante y eje torsional atrás— entrega un andar cómodo en ciudad, aunque algo rebotón en pavimentos irregulares. La dirección eléctrica es liviana, ideal para maniobras urbanas, y el frenado cumple sin destacar.

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En carretera, se percibe estabilidad razonable, pero los adelantamientos exigen algo de planificación, sobre todo porque la caja CVT estira las revoluciones sin una sensación contundente de aceleración. La ausencia de levas o algún sistema manual para intervenir en los cambios puede ser frustrante para quienes disfrutan una conducción más participativa.

El MG3 HEV no busca reinventar el concepto de hatchback híbrido, pero sí ofrecer una opción competitiva en precio, con buen equipamiento de seguridad, un consumo aceptable y una experiencia de uso amigable. Su diseño no es rupturista ni su manejo emocionante, pero es eficiente y cumple con lo prometido. Para quienes buscan su primer auto híbrido sin gastar una fortuna, esta puede ser una alternativa lógica y sensata.

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