El cine puede ser un negocio riesgoso, y Kellan Lutz lo sabe muy bien. El actor de “La leyenda de Hércules” tiene una buena cantidad de cicatrices para probarlo.
“Tengo unas en mis rodillas. Además una vez en una pelea con cuchillos en ‘Spartacus’ me rebanaron dos líneas justo sobre mis tetillas. Y en ‘Hércules’ quedé con dos líneas en mi trasero por andar mucho a caballo, además de un corte en mi cadera por una espada que traspasó la armadura”.
El actor sabe perfectamente que lo suyo no es poco y de hecho admite rápidamente que los cortes son varios. “Tendría que verme en la ducha para encontrar más. Siempre he querido tener tatuajes, como los que voy a salir usando en ‘Los indestructibles 3’, ahí me sentí como un tipo cool. Pero es duro ser actor, no puedo tener tatuajes permanentes porque en películas de época no se pueden ver”, dice.
“Creo que él siempre ha sido algo así como un híbrido. Como creyente, creo que simboliza a Jesús, porque nació de una mujer mortal que fue embarazada por Dios, tal como Zeus lo hace aquí. En cierto modo Jesús fue algo así como un semidios, y para mí la escena de la crucifixión y el hecho de que termine como un héroe es muy importante para darle vida al personaje”, dice luego al ser consultado respecto de qué fue lo que le atrajo de “Hércules”, el filme que ayer se estrenó en la cartelera local.
El argumento gira en torno al personaje proveniente de Zeus, quien es resentido por el rey Anfitrión, a favor de su hijo mayor, Ificles mientras la reina Alcmena, madre de Hércules, ruega por recuperar la paz para su tierra, sometida al dominio de su perverso esposo.
Ned Ehrbar / Publimetro Internacional