Sin lugar a dudas el Campeonato Nacional 2020 ha sido especial, debido a la pandemia del coronavirus. Con un largo receso, la competencia tuvo que frenarse por un tiempo, para retomar y en un apretado calendario, pero no paran los partidos suspendidos.
Es que a los brotes de covid-19 a raíz de los casos positivos registrados en Deportes Iquique y Unión La Calera obligaron a postergar sus encuentros. Los Dragones Celestes debían enfrentar a Universidad de Chile, un rival directo en la lucha por el descenso por la tabla ponderada y donde los azules pueden comenzar a olvidarse definitivamente, mientras que los cementeros recibían a O’Higgins, un equipo en alza.
La ANFP anunció que «su reprogramación será anunciada próximamente», subiendo cada vez más los pendientes en la liga, un problema que inició con el polémico duelo entre Colo Colo y Deportes Antofagasta.
Tras ese encuentro suspendido en el Estadio Monumental, el ente rector del fútbol chileno sentó un precedente para cuando existan brotes, obligando a reprogramar cada duelo que se vea afectado. Distinto es con casos aislados, todo depende de lo que diga la autoridad de salud sobre la trazabilidad.
Un panorama complejo que se suma a las suspensiones de los partidos de Universidad Católica y Coquimbo Unido, debido a su buen papel en la Copa Sudamericana en los cuartos de final, con posibilidades reales de avanzar, ya que para respetar las 72 horas de descanso entre un encuentro y otro, se debieron postergar seis partidos.
