Una nueva revuelta se produjo en la cárcel de Baurú, en Sao Paulo, en el que 152 presos se fugaron. En el penal solo se encontraban internos vinculados al cártel narco Primer Comando de la Capital.
La Secretaría de Administración Penitenciaria aseguró en un comunicado que la policía militar logró capturar a 90 de los 152 internos que huyeron en medio de la confusión, y que estos pasarán a un régimen cerrado.
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Las autoridades brasileñas todavía buscan a 62 internos que escaparon luego de haber prendido fuego en un pabellón del recinto, según informó la Secretaría de Administración Penitenciaria (SAP) estatal.
El presidente del Sindicato de los Agentes de Seguridad Penitenciaria (Sindasp), Daniel Grandolfo, aseguró que la situación en el presidio Instituto Penal Agrícola de la localidad de Baurú, ya habría sido «controlada».
Los presos se amotinaron este martes para protestar contra la «rígida disciplina» en el interior del presidio, el cual tiene una superpoblación carcelaria, según denunció el presidente del Sindicato.
El sistema penitenciario de Brasil atraviesa una profunda crisis que se agravó el primer día del año, cuando 56 personas fueron brutalmente asesinadas en una cárcel de la ciudad amazónica de Manaos por un enfrentamiento entre clanes rivales.
La lucha de poder entre grupos criminales se ha extendido a otras prisiones del país y en lo que va del año más de 130 presos han muerto.
En Natal, en el noreste de Brasil, los reclusos mantienen el control de la prisión de Alcaçuz desde hace 11 días y al menos unas 26 personas han sido asesinadas, la mayoría de ellas de la facción Sindicato do Crime do Río Grande do Norte (SDC), por órdenes del PCC.
La policía entró el pasado fin de semana para construir un barrera de contenedores con el fin de separar los clanes, que llegaron a protagonizar una batalla campal, y este martes volvió a ocupar el complejo penitenciario para realizar inspecciones.
