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¿Estamos condenados? Informe de la OMS revela que comemos, bebemos y hasta respiramos microplásticos y los efectos pueden ser devastadores

A tres mil metros de altura en los lagos de las montañas de Colorado, en Estados Unidos y en la nieve del Ártico. Así de expandido por el mundo está la contaminación por microplásticos.

Pero según el último informe de la Organización Mundial de la Salud, la situación es mucho más compleja porque estos elementos se encuentran en prácticamente todo: el agua potable, los alimentos que consumimos y hasta el aire que respiramos.

«Necesitamos urgentemente saber más sobre el impacto de los microplásticos en la salud porque están en todas partes, incluso en el agua potable», dijo la doctora Maria Neira, Directora del Departamento de Salud Pública, Medio Ambiente y Determinantes Sociales de la Salud, de la OMS, durante la presentación del informe sobre estos materiales.

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«Según la información limitada que tenemos, los microplásticos en el agua potable no parecen representar un riesgo para la salud en los niveles actuales. Pero necesitamos saber más. También debemos detener el aumento de la contaminación plástica en todo el mundo «, agregó.

Según el análisis, que resume los últimos conocimientos sobre microplásticos en el agua potable, no es probable que los microplásticos de más de 150 micrómetros sean absorbidos en el cuerpo humano y se espera que la absorción de partículas más pequeñas sea limitada. Sin embargo, la absorción y distribución de partículas microplásticas muy pequeñas, incluso en el rango de tamaño nano, puede ser mayor, aunque los datos son extremadamente limitados.

Efectos en la salud humana

Los microplásticos son las pequeñas partículas de plástico que miden menos de cinco milímetros y para la OMS, es necesario avanzar para conocer temas como de dónde proviene la contaminación por estos elementos y como puede afectar realmente la salud humana. 

En el documento, la entidad apunta que se necesita hacer un trabajo más minucioso en este sentido, para evitar que más de estas partículas ingresen al agua potable.

La alerta del organismo apunta que probablemente las partículas microplásticas más grandes, superiores a 150 micrómetros, pueden salir fácilmente del cuerpo sin daños para nuestra salud, sin embargo las más pequeñas podrían estar siendo absorbidas por los órganos, sin saber realmente cuáles son sus efectos.

Al respecto, se sugiere que los microplásticos tienen el potencial de transportar bacterias que causan enfermedades, lo que podría ayudar a las bacterias a volverse resistentes a los antibióticos, generando un problema mayor.

 

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