Cuando la economía anda bien, creciendo a un ritmo constante y sostenido, los ingresos de las familias tienden a incrementarse, facilitando la planificación del presupuesto, y permitiendo incluso poder destinar una parte al ahorro.
Al contrario, cuando la economía se debilita, disminuye el trabajo, crecen las deudas y la incertidumbre afecta a las personas y familias, las posibilidades de ahorrar disminuyen, pero no necesariamente deben desaparecer.
De hecho, es precisamente en estos momentos cuando adquiere más importancia el hábito de ahorrar y de organizar con orden y disciplina el presupuesto.
Como primer paso, puedes ordenar tus ingresos y tus gastos utilizando la Herramienta de Planificación de Ahorro de Sanodelucas. Cuando los registres, tratando de ser lo más detallado posible, puedes simular cuánto dinero podrías llegar a ahorrar en un periodo específico, puede ser a la semana, al mes, o incluso en un año.
Para que ahorrar te sea más sencillo, es conveniente que apliques en tu presupuesto la siguiente afirmación: “Gasta menos de lo que ganas”.
Esto es básico para mantener una buena salud financiera. Comienza calculando todos tus ingresos y compáralos con todos tus gastos. La tarea será mucho más sencilla si te acostumbras a utilizar la Plantilla de Presupuesto Mensual, ya que podrás hacerlo en forma fácil, ordenada y prácticamente automática.
Si tus ingresos son mayores, estás en buen pie para ahorrar. Si son iguales, considera reducir los costos, ya que estás en una situación sensible, especialmente en escenarios de incertidumbre donde puede surgir cualquier imprevisto o emergencia.
Te recomendamos que todos los meses puedes organizar tu presupuesto, para que al menos, ahorres un 10% de tus ingresos. Puede parecer una cifra pequeña, pero si eres constante y disciplinado, en 10 meses habrás reunido un ingreso mensual completo.
Ahora bien, ya que estás ahorrando y tu fondo crece todos los meses, es importante que decidas dónde guardarás tu ahorro, buscando la alternativa que te dé los mayores beneficios.
Una opción conveniente, estable y altamente segura es una cuenta de ahorro.
Entre sus ventajas se encuentra que en la mayoría de los casos te ofrecerán un reajuste anual ligado al IPC, o sea, a la inflación. De esta manera, si tienes $100.000 ahorrados, y al cumplirse un año la inflación es de 3%, tu cuenta pasará a tener $103.000. Esto permite que tu dinero no pierda poder adquisitivo, esto es, podrás comprar hoy lo mismo que hace un año con ese ahorro más el reajuste.
Además, algunas cuentas de ahorro ofrecen una rentabilidad de 1%, ligada a ciertas condiciones, como puede ser una cantidad limitada de giros en un año, lo que aumenta el monto final a través de una rentabilidad real, es decir, el porcentaje de rentabilidad que se ubica por sobre la inflación. Por ejemplo, si la inflación es de 3%, y la rentabilidad es de 5%, tu rentabilidad real fue de 2%.
Finalmente, algo muy importante que debes considerar al momento de elegir una cuenta de ahorro, es buscar una que no te cobre comisiones por mantención.
Además de las cuentas de ahorro, otra alternativa para organizar y proteger tu dinero puede ser un Depósito a Plazo (DAP). Los DAP te permiten ahorrar un monto determinado, a un plazo específico, que es mínimo una semana y máximo un año, y donde al final del periodo tu dinero se verá incrementado gracias a una tasa de interés.
Los Depósitos a Plazo ofrecen pequeñas rentabilidades, que dependen directamente de la Tasa de Política Monetaria del Banco Central (TPM, actualmente entre 0% y 0,25%).
Actualmente, un DAP promedio entrega una rentabilidad anual cercana a 1%. Sin embargo, la ventaja de este tipo de instrumentos financieros es que te permitirán organizar y tener pleno control de tu dinero en el tiempo.
Finalmente, en Sanodelucas te recomendamos que, aunque la situación económica se torne más compleja, de todas formas, trata de ahorrar una fracción de tus ingresos, no importa si es menor al 10%. Con esto, si lograr crear un hábito de ahorro, has dado un gran primer paso para mejorar tu salud financiera.