En la Organización Panamericana de la Salud, OPS, se labora en un inédito proyecto vinculado a la pandemia de coronavirus.
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Se trata de establecer lo que ha sido llamado un “Pase de Movilidad Latinoamericano”, como lo detalló hace poco el asesor senior en Salud Digital de la OPS, Marcelo D’Agostino, en una entrevista con el portal Qué Pasa.
“El foco está en la transformación digital del sector salud. Y en este caso es una prueba para ver si funciona el intercambio de datos relativos a los certificados de vacunas (contra el covid-19). Se hace con una tecnología certificada, para evitar que la información sea falsa o pueda ser hackeable”, dijo el analista de sistemas argentino.
Este proyecto está siendo trabajado a través de la Red Americana de Cooperación sobre Salud Electrónica (Racsel) y lo patrocina el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Y en primera instancia, los países considerados para que se sumen a la iniciativa son Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Paraguay, Perú, Surinam y Uruguay, cuyos ciudadanos podrían verse beneficiados con este “Pase de Movilidad Latinoamericano” homologable en esos nueve países.
[ ¿Quiénes deben tener el pase de movilidad y cómo se accede a él?Opens in new window ]
LA MIRADA SANITARIA
Desde lo sanitario, el director del Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello, Héctor Sánchez, señaló que “con la tecnología actual, el proyecto es viable. Pero lo más importante es la estandarización que se va a aplicar para que los pases otorgados en cada país sean equivalentes”.
“No hay que olvidar que la situación epidemiológica, la organización de los sistemas de salud y los sistemas de información son diferentes en cada nación. Por eso hay que fijar requisitos y estándares mínimos exigibles, para que estos pases de movilidad sean homologables y así funcione la estrategia que plantea la OPS, que desea mayor movilidad entre los países que los tengan. También son primordiales el control y la fiscalización para que esto funcione”.
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El especialista enfatizó en que ”muchos otros países latinoamericanos están fuera de este plan piloto porque sus sistemas son muy distintos. La OPS está comenzando con países cuyos sistemas de salud y registros son relativamente equivalentes”.
“Por ejemplo, en Europa tienen hace tiempo un “Certificado Covid Digital”, pues casi todos sus naciones tienen el mismo nivel de dosis de refuerzo y además sus sistemas de salud son muy parecidos, en términos de capacidad, de rigurosidad, de información y de la calidad de sus registros. Es más fácil hacerlo allá que acá, pues en América Latina son muy grandes las diferencias”.
EL ASPECTO LEGAL
Y desde la legislatura, es Sergio Peña, doctor en Derecho Internacional y académico del Centro de Investigación en Sociedad y Salud, CISS, de la Universidad Mayor el que desmenuza al “Pase de Movilidad Latinoamericano”.
“Lo primero es revisar los derechos constitucionales en cada país que participe del proyecto. También hay que fijarse en los tratados internacionales que puedan tocar el tema. Es que la medida podría generar alguna respuestas ciudadanas en quienes lo rechazaran aludiendo a la libertad de movimiento”, dijo el abogado.
El profesional añadió que “un pase muestra que su poseedor está al día con la vacunación. Y luego el punto es preguntarse qué es principal: si los derechos individuales o los derechos colectivos, los segundos relacionados con la salud de toda la población ¿Queremos o no poner término a la pandemia? Y este no es un tema menor, pues es claro que se debe cortar la transmisión a nivel internacional”.
Sergio Peña recordó que “siempre tenemos pases, que no son de movilidad: no puedo entrar a La Moneda salvo que muestre mi carné de identidad, ni tampoco puedo subirme a un avión sin mi pasaporte, ni puedo manejar un auto sin el carné de conducir. Así es que esto no es algo fuera de lo común, y es por un beneficio para todos”.
“Desde lo jurídico hay dos posturas: hay que ser libres o bien hay que aplicar el pase de movilidad para controlar la enfermedad. Yo asumiría la opinión de quienes trabajan en el área médica, pues este virus no viene del cielo, se transmite de persona a persona. Si alguien quiere enfermarse, es su derecho. Pero no puede ponerme en riesgo a mí”.
El jurista puntualizó que “tener un tratado internacional al respecto sería lo óptimo, pero eso demanda mucho tiempo. Pero creo que la Convención Americana de Derechos Humanos (también conocida como el Pacto de San José de Costa Rica) da suficiente espacio por el momento para asegurar en lo legal a este “Pase de Movilidad Latinoamericano”, basándose en el derecho a la salud y en el derecho a la vida. El segundo no solo es impedir que los agentes del Estado que me hagan daño. Es mucho más amplio y por esa vía sería factible sostener este pase”.
“Otra fórmula es que los países se pongan de acuerdo a través de la misma OPS para fijar un certificado que señale que la persona está al día con las vacunas y que, por lo tanto, se puede mover entre determinados países. Esta incluso podría ser una respuesta rápida para impedir la movilidad de quienes pueden propagar el virus”, cerró el profesor universitario.
EL CERTIFICADO QUE OPERA EN EUROPA
En el Viejo Continente fue implementado desde el 1 de julio de 2021 un pasaporte sanitario, denominado “Certificado Covid Digital de la Unión Europea”.
Se trata de de un documento gratuito que asumieron sus 27 países integrantes, los que suman casi 450 millones de personas. También se agregaron naciones que no están en la UE (Islandia, Liechtenstein, Macedonia del Norte, Noruega, San Marino, Suiza, Turquía, Ucrania y El Vaticano).
El “pasaporte verde” tiene un código QR, está disponible en papel o en formato digital y permite viajar a vacunados, a los que superaron el covid-19 y a los que presenten un PCR negativo.