Las últimas cifras conocidas de deserción escolar son preocupantes y pusieron el tema en el centro de atención.
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El Centro de Estudios del Ministerio de Educación informó que son 50.529 niños, niñas y adolescentes los que salieron del sistema entre 2021 y 2022 en todos los niveles y modalidades.
Esa cantidad de escolares estaba en un colegio a fines del año anterior y en 2022 no estudió, excluyendo obviamente a los que egresaron de cuarto medio en 2021.
Es un aumento del 24% respecto de 2019, antes de la pandemia de coronavirus, cuando la deserción alcanzó a 40 mil personas.
Además, se mantiene alto el nivel de inasistencia -factor que antecede a la deserción-, con un promedio de 17% entre marzo y septiembre de este año, 5,3% más que en 2019.
VOCES EXPERTAS
“Prefiero hablar de exclusión, pues la palabra deserción da a entender que el afectado se fue por falta de compromiso. Pero son muchos los factores que lo afectan”, dijo Juan Pablo Valenzuela, director del Centro de Investigación Avanzada en Educación, CIAE, de la Universidad de Chile..
“Chile había reducido espectacularmente en un 70% la brecha entre 2010 y 2019, gracias a la subvención escolar preferencial y a la gratuidad en la educación superior, entre otras medidas. Y ahora perdimos parte de lo recuperado”, complementó.
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La decana de la Facultad de Educación de la Universidad San Sebastián, Ana Luz Durán, añadió que “tenemos una tormenta perfecta, y hay que considerar cuatro elementos”.
“Primero, el rezago educativo, o la pérdida de aprendizaje. Sigue la inasistencia, que debe hacer saltar las alarmas. Tercero está la pérdida del vínculo con los pares”.
“Y por último tenemos cómo se ve afectada la convivencia escolar, lo que se reflejó en los primeros meses del presente año escolar en el aumento de la violencia en las escuelas porque los escolares no eran capaces de resolver cualquier conflicto de forma normal y pacifica”.
Como soluciones, Juan Pablo Valenzuela propuso “reenganchar al excluido haciéndole ver que es importante su asistencia, mejorar la convivencia con medidas permanentes y para todos, centrarse en lo socioemocional y en lo sicosocial, y ocuparse más de la salud mental”.
Y Ana Luz Durán apuntó a que “hay que darle importancia a la prevención, reteniendo a los escolares por medio de incentivos. Los equipos deben tener recursos para financiar programas en ese sentido, pues reinsertar siempre es mucho más difícil”.
QUÉ ESTÁ HACIENDO EL MINEDUC
El ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, lideró ayer una reunión para abordar la alarmante cifra de deserción escolar, a la que asistieron representantes de los sostenedores y de tres asociaciones de municipalidades.
“Debemos avanzar en un trabajo en conjunto para revincular a las y los estudiantes con sus colegios. Hay acciones que ya hemos tomado y otras que vienen para abordar este tema, pues la desescolarización es un grave problema país, al que se suma la alta inasistencia”, declaró el secretario de Estado.
El ministro contó que “son tres las grandes acciones que se siguen y seguirán”.
“Primero, fortalecer el sistema de monitoreo y reportabilidad. Desde el Mineduc entregamos informes bimensuales a cada colegio para que se sepa en detalle los asistentes y los ausentes”.
“Segundo, enfatizar en acciones referidas a gestión territorial por medio de nuestros seremis y departamentos regionales, para articularse en las comunas”.
“Y tercero, desarrollar acciones permanentes con las subvenciones, mejorando así la revinculación”.
El ministro dijo que “hay que hacer un trabajo personalizado, yendo a buscar uno a uno a los estudiantes que están fuera del sistema para reinsertarlos. Y esto debe contar con financiamiento constante y no puede tener una dimensión política”.
Por su parte, el diputado Stephan Schubert, de la Comisión de Educación, indicó que “es muy preocupante el éxodo de 50 mil alumnos informado por el Mineduc., por lo que hay que hacer todo lo posible para que vuelvan a las salas”.
“Esta situación se explica esencialmente por la inseguridad que hay en los colegios, donde se ven armas blancas, se producen actos violentos, hay microtráfico e incluso se ha hablado de redes de prostitución. Y a lo anterior se suma una fuerte ideologización que atenta contra la calidad de la enseñanza”.
“Lo anterior hace que padres y apoderados estén en la disyuntiva de enviar o no a los escolares a los colegios, por eso lo primero que hay que hacer es que los colegios vuelvan a ser lugares seguros”.
EL PROGRAMA DE LA PINTANA QUE EL MINISTERIO QUIERE COPIAR
En La Pintana iniciaron en 2018 el plan “Yo Vuelvo a la Escuela”, que hoy favorece a 300 estudiantes que habían abandonado el sistema escolar.
Esa comuna de la zona sur de la Región Metropolitana tenía altas tasas de deserción, por lo que la alcaldesa Claudia Pizarro decidió hacer algo.
“Fuimos a buscar a los niños a sus casas luego de demorarnos medio año en tener claridad sobre los que no iban al colegio. Esto es voluntario, a la gente no se le obliga a volver a la escuela”.
“Las principales causas para desertar son el bullying y la repitencia, y al comienzo solo 13 de los 273 niños que visitamos querían retornar. Lo vital es que los apoyamos por medio de un equipo multidisplinario, dándoles una nueva posibilidad luego de que fueran desechados por el sistema”, señaló la edil.
Y la jefa del Departamento de Educación de La Pintana, Jazmín Infante, conto que “el programa tiene ahora cuatro aulas de reinserción, una de media y tres de básica, y ha sido muy bien evaluado”.
“El ministro de Educación vino a nuestra comuna a conocerlo en terreno y quiere basarse en él para aplicarlo a nivel nacional. Y por eso ya hemos traspasado nuestra experiencia de reinserción escolar a la División de Educación General”.
“La idea es mantener “Yo Vuelvo a la Escuela” luego de que el 1 de enero de 2024 traspasemos nuestros colegios al Servicio Local de Educación El Pino (que reunirá a La Pintana, San Bernardo, El Bosque y Calera de Tango), pues es un plan que aporta y ayuda a niños de extrema vulnerabilidad”.
