Qué se entiende por “edadismo laboral” después de los 50 años y cómo es posible enfrentarlo

Preocupación mundial está ocasionando lo que ha sido llamado “edadismo”, es decir, la forma de pensar, sentir y actuar con respecto a los demás o a nosotros mismos por razón de la edad.

De hecho, la ONU encargó a la OMS elaborar un estudio al respecto, trabajo que determinó que “el edadismo surge cuando la edad se utiliza para categorizar y dividir a las personas por atributos que ocasionan daño, desventaja o injusticia, y menoscaban la solidaridad intergeneracional”.

Y aunque puede afectar tanto a mayores como a jóvenes, y en distintos ámbitos, hay un campo en el que el edadismo está muy presente en nuestro país para los de 50 años en adelante: el mundo laboral.

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Es cosa de revisar las ofertas de trabajo o bien constatar en la realidad cómo cambia el devenir profesional al llegar a esa edad… e incluso antes.

“El edadismo laboral para los mayores es una práctica muy habitual, a pesar de las políticas y discursos de inclusión y de rechazo a la discriminación. Se da en empresas de distintos tamaños y se refleja en la reticencia a contratar a personas mayores de 50 años… Esto lo sufren tanto profesionales como operarios”, señala Carlos Henríquez, director comercial de la empresa de reclutamiento y selección SOS Group.

El especialista añade que “en el caso de los profesionales, se nota que existe un “enamoramiento” hacia el nativo digital, por lo que muchas empresas tienen el prejuicio de que la persona mayor está desactualizada en nuevas tecnologías y plataformas, porque se tituló hace tres décadas, y que le costará aprender. También se cree que si antes fue jefe, sus aspiraciones de renta son más altas que las de un joven. Y respecto de los operarios, se teme que al desempeñarse más en trabajos físicos tendrán mayor cantidad de accidentes laborales y de días de licencia médica”.

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Por su parte, la investigadora y docente de la carrera de Psicología UNAB sede Viña del Mar, Agnieszka Bozanic Leal, precisa que “al referirse a personas mayores se recomienda hablar de “viejismo”, porque edadismo también puede ser hacia los jóvenes. Y las causas del viejismo laboral se basan en el sistema económico que imperan, que enfatiza en la producción valorando la juventud. Por eso en Chile hay encuestas que muestran que el 73% de los mayores reportan que les es difícil encontrar trabajo. Y en Estados Unidos se dice que a las mujeres desde los 40 años y a los hombres desde los 45 años se les empieza a discriminar por motivos de edad en lo laboral”.

Según la psicóloga, “la idea de que los mayores son personas enfermas o depresivos es un mito, ya que el 86% de ellas en Chile son autovalentes, y un gran porcentaje sigue en el ámbito laboral, ya sea por necesidad o porque quieren. Son los estereotipos y los prejuicios que imperan en las empresas los que las llevan a discriminar al momento de contratar. Pero hay que avanzar en lo importante que es congeniar a experimentados y jóvenes en las empresas”.

Y Carolina Riveros Ferrada, académica de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Talca, apunta a que “también existe la necesidad de seguir trabajando pues hay gente de 50 años o más con hijos chicos o que mantiene a más de una familia. No hay que pensar en situaciones de antaño, cuando los mayores ya quedaban solos sin responsabilidades de crianza”.

“Ahora la adultez y la vejez son muy heterogéneas, por lo que mayores de 50, 60 ó 70 años están y se sienten activos. Y la esperanza de vida es mucho mayor, por lo que el mercado laboral debe reaccionar frente a esta realidad”.

CONSEJOS PARA SALIR ADELANTE

Aunque no siempre dependa del trabajador torcerle la mano al edadismo, existen algunas acciones que pueden ayudarle a seguir adelante con su vida laboral.

Carlos Henríquez resalta que “dada su trayectoria laboral, los mayores de 50 años tienen una visión amplia en la búsqueda de soluciones, lo que es bueno enfatizar. También es bueno mostrar capacidad de adaptación para integrarse a equipos multigeneracionales y multidisciplinarios. Y en estos tiempos es vital mantenerse capacitados y actualizados en las nuevas tendencias y tecnologías disponibles, para no dar la excusa de falta de conocimiento a quien contrata”.

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Y Carolina Riveros Ferrada recomienda a “que la persona puede centrarse en labores más flexibles en términos de horario para continuar trabajando, aunque para eso es urgente un convencimiento en ese sentido del Estado y de las empresas. Si se diera tal escenario, la persona mayor podría compatibilizar su interés por trabajar con el natural deterioro físico que se va dando, lo que ayudaría a evitar la depresión que causa dejar de un día para otro una actividad de tiempo completo para irse a la casa a hacer nada”.

Agnieszka Bozanic Leal apunta a que “no todo puede insertarse en el mundo de la producción, y que si no existe la necesidad imperiosa de generar recursos, existe la opción del voluntariado, que da grandes satisfacciones y está comprobado que es es una muy buena estrategia para conservar la salud física y mental para quienes están vigentes”.