Mariana Derderián dio cuenta este miércoles de su compromiso con la naturaleza tras revelar que, vez que puede, rescata plantas desde las construcciones que son demolidas.
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Su compromiso por el cuidado del medioambiente es total, ya que la actriz no duda en agarrar su “pala, chuzo y bolsas” apenas sabe del paradero de alguna propiedad en demolición.
“No puedo salvar un bosque nativo completo, pero sí puedo salvar una planta, y no me parece insignificante, para mi es respeto y cuidado”, afirma la figura televisiva, quien en conversación con lun.com aporta más detalles respecto de una iniciativa que bien podría ser replicada por más personas.
El compromiso de Mariana Derderián
“Ves en la calle que van a demoler una casa grande para hacer un edificio o casas más pequeñas y va a pasar la máquina por encima de todo el jardín. La gente se preocupa de sacarle lucas y revender la escalera, luces, a la madera, ventanas o puertas, pero con el jardín no están ni ahí”, lamenta Derderián, cuyo compromiso con la naturaleza es indesmentible.
“Las plantas cuestan no en dinero, sino también en tiempo, dedicación, y por Dios que hacen los lugares más acogedores”, indica la actual conductora del programa “Disfruta la ruta”, en Mega.
“Tengo azaleas, hortensias, ficcus, naranjos, lilium, suculentas en mi casa y donde mi hermana, las que he sacado de las demoliciones. Llego con mi pala, chuzo y bolsas a rescatarlas”, prosigue la actriz, quien reflexiona en el verdadero sentido de su afición.
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“Siempre me pregunté qué pasaba con las plantas en las demoliciones porque me daba mucha pena ver cómo destruyen árboles de muchos años, cuando necesitamos hacer todo lo contrario, defender la naturaleza más que nunca. Y alguna vez me metí a una demolición y pregunté qué iban a hacer con unas azaleas y hortensias hermosas que había, y que son caras, además. Pregunté dónde estaba el jefe y si las podía sacar”, señala Mariana, tan convencida en que su gestión es valiosa para el ecosistema, que ni siquiera se hace problema con los comentarios de gente que -extrañada- la ha visto retirar las plantas de las demoliciones.
“Cuando llego mi miran como diciendo ‘esta señora se volvió loca’, pero no me importa. Al final se dan cuenta de que es una buena idea. A los viejos que me ayudan les digo que también les lleven plantas a la hija, a su señora, son regalos que caen bien. Que les lleven unos regalitos a la familia porque a ellos no se les ocurre”, cuenta la actriz, que destina la mayor parte de sus rescates a la casa de su hermana.
“En mi casa tengo algunas, pero el patio es chico y no puedo tener más. Siempre se las llevo a mi hermana que tiene una parcela en Talagante. Me ve que llego y me dice qué trajiste de nuevo, pero ella es fanática de las plantas y tiene buena mano para revivirlas, porque las saco de su ambiente”, finaliza Mariana, quien aprovecha de recomendar su hobbie a otros amantes de la naturaleza.
“Se supone que los mejores meses de trasplante son mayo, junio, julio y agosto”, concluye.