Las lesbianas, quizá como ninguna otra letra del gran arcoíris LGBTIQ+, tienen varios días de memoria en el año, pero pocos representan lo que significa ser activista y visible en la realidad.
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El 8 de octubre se celebra el Día Internacional de las Lesbianas, nacido desde las mujeres blancas del primer mundo en la década de los 80. El 26 de abril es el Día de la Visibilidad Lésbica, que es creado por europeas el 2008.
El 09 de julio se conmemora en nuestro país el mismo día, pero con un origen distinto: en 1984 y aún en dictadura, la lesbiana visible y artista Mónica Briones fue asesinada en pleno centro de Santiago. Este fue el primer crimen de odio como tal registrado en Chile. La primera de una larga lista de lesbianas asesinadas sin justicia ni reparación en nuestro país.
El 13 de octubre es diferente. Esta vez la conmemoración nació en Sudamérica, en Chile específicamente, desde lesbianas activistas visibles en el VII Encuentro Lésbico Feminista de Latinoamérica y Caribe. El nombre: Día de las Rebeldías Lésbicas, como una forma de reconocer el acto político de abandonar el sistema de la heterosexualidad obligatoria que oprime y explota a las mujeres.
Por eso, en este 13 de octubre, en nuestras recomendaciones de los miércoles, la librera y mediadora de lectura, Catalina Pulgar, nos hablará de Adrienne Rich, una poeta, intelectual, lesbiana visible, activista y rebelde.
La primera vez que escuché la palabra lesbiana en un contexto educativo, fue en tercero medio, en una clase de historia sobre la Antigüedad Clásica, el profesor dictaba una vaga explicación sobre la asociación del término a la isla de Lesbos. ¿De literatura? Nada.
En mi etapa escolar era derechamente imposible leer textos que incluyeran algún tipo de representación lésbica, no por falta de voluntad de mis profesoras de lenguaje, sino porque el currículum y la estructura del sistema escolar se los impedía. Estuve en un colegio donde leer a Lemebel produjo un escándalo en la reunión de apoderados. Así y todo, recuerdo con infinito amor las recomendaciones de lecturas complementarias que recibí de mis profesoras en la media. Los límites siempre son difusos cuando se fomenta la lectura disidente en un contexto hostil.
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No fue hasta mi primer año de Universidad, que tuve una acercamiento real a la figura de Safo en un ramo de literatura clásica. Safo, la misma de Lesbos, pero esta vez no pasó desapercibida entre datos y fechas.
De eso han pasado ya varios años, muchas lecturas que abrieron otras, y también esfuerzos conjuntos para repensar los espacios creativos fuera de la norma establecida por el canon heterosexual.
La lesbiana en nosotres: Adrienne Rich
Hace un tiempo me topé con Adrienne Rich. Permanecí completamente ignorante ante su figura hasta que llegó a mis manos El sueño de una lengua común, recientemente editado por Sexto Piso. Su lectura desarmó por completo la línea editorial que venía leyendo. Rápidamente me sumergí en la poesía y el ensayo porque la sola idea de estar leyendo a una escritora, poeta, activista y lesbiana me hizo sentir llamada.
Este año se publicaron dos traducciones de los trabajos de Adrienne Rich que permiten observar las dimensiones de su figura, el peso de su trabajo en la historia del feminismo y su importancia en el canon literario.
La mujer antifeminista y otros textos
Adrienne Rich
Prólogo de Romina Reyes Ayala / Traducción de Melina Guzmán
85 páginas
Esta recopilación de los trabajos de Adrienne Rich, está compuesta de cuatro ensayos escritos en los setentas, el libro es un retrato del despertar de la conciencia, un profundo cuestionamiento al lugar impuesto a la mujer dentro de la sociedad patriarcal.
La autora cruza temas como la imposición de la maternidad al servicio de un sistema que se sostiene en la estructura familiar, con la idea de la mujer liberada antifeminista que es separada del resto de sus compañeras, hasta llevarnos de frente con la invisibilización y las problemáticas ligadas al espacio que ocupamos las lesbianas en la esfera artística, en la creación y en la crítica literaria.
Definitivamente el libro completo es un valioso aporte a los estudios de género, pero voy a destacar dos de estos cuatro ensayos, porque creo que la forma en que se relacionan entre sí permite comprender el potencial político que encierra el lesbianismo en la escritura de Adrienne.
Es la lesbiana en nosotras trata sobre la importancia de nombrarnos y cómo la experiencia individual de existir como lesbiana repercute en el sentido que le damos como colectividad. La misma complejidad del concepto de lesbiana responde a las distintas realidades y formas de habitar el lesbianismo.
“Es la lesbiana en nosotras quien nos lleva a sentir imaginativamente, es la lesbiana en nosotras quien es creativa, porque la hija obediente de los padres que habita en nosotras es solamente una ilusión”
— Adrienne Rich
Esta frase abrió discusiones posteriores que referían a las infinitas formas de habitar el lesbianismo, a las distintas realidades y expresiones asociadas. Hoy en día, seguimos problematizando el lugar desde donde existimos cómo lesbianas, la apertura a repensar el género fuera del binarismo nos impulsa a desdibujar los límites, y a politizar los espacios desde donde convocamos.
Rich puntualiza que, si bien, comprende la dificultad de nombrarnos como lesbianas, cuando el mismo concepto ha sido históricamente simplificado al erotismo, la perversión y al odio a los hombres, su intención al conectar al lesbianismo con la creatividad es evocar a “la mujer que se elige a sí misma”. Para la autora es de suma importancia seguir nombrando y definiendo nuestra existencia, la lesbiana no puede dejar de nombrarse, porque lo que no se nombra no existe, donde no hay representación, no hay visibilidad ni reflejo.
Cuando las muertas despertamos cierra esta recopilación con un llamado: “La energía creativa del patriarcado se está acabando rápidamente, lo que queda es su energía autogenerada para la destrucción. Como mujeres tenemos nuestro trabajo dispuesto para nosotras”. Este llamado hacia el futuro se conecta con la idea de revisar el pasado desde el presente, con nuestras propias escrituras. Comprender desde donde vienen nuestras luchas y reconocer a sus precursoras nos permite revisar nuestros privilegios y ponerlos al servicio de otras lesbianas menos afortunadas.
La mujer antifeminista y otros textos contiene además el prólogo de Romina Reyes Ayala, que trae al presente la urgencia y vigencia de los textos de Adrienne Rich.
Hace unos días una amiga me pidió referencias de autoras clásicas y contemporáneas que tuviesen representaciones de la experiencia lésbica en sus obras. De inmediato pensé que la categoría de clásico en la literatura implica que el texto haya tenido mucha circulación, que haya sido traducido a diferentes idiomas, que haya estado en la lista de los más vendidos. Ese no es el espacio que han habitado las escrituras disidentes a lo largo de la historia, pero cuando pienso en clásicos además de Adrienne Rich, se me vienen a la mente Lucille Clifton, Carson McCullers, Audre Lorde y Annemarie Schwarzenbach.
Rebelarse contra la institución: el pacto feminista.
Sumergirse en el naufragio
Adrienne Rich
Traducción de Patricia Gonzalo de Jesús
130 páginas
En 1974 Sumergirse en el naufragio (Diving into the Wreck), poemario de Adrienne Rich fue galardonado con el National Book Award. En la velada la autora se niega a recibir el reconocimiento individual, y haciendo un acto político denuncia la invisibilización de las escrituras lésbicas en la cultura patriarcal encarnada en las instituciones. Previo a la ceremonia Rich hace un pacto junto a Alice Walker y Audre Lorde, también nominadas al premio, quien ganase debía salir con las otras dos a recibir el galardón en nombre del feminismo y leer un comunicado estableciendo el rechazo a recibir el premio a título propio.
Adrienne Rich fue la ganadora, la única mujer blanca en la triada. Hizo uso de su conciencia y sus privilegios y declinó el espacio y el reconocimiento canónico en post de la colectividad, del feminismo, de la lesbiana en nosotres.
Por primera vez editado al español, Sumergirse en el naufragio es la obra más reconocida y premiada de Rich. El poemario es una gran metáfora de la civilización, de los mitos que la construyen, del despojo. La voz de los versos se va desprendiendo poco a poco de las capas que construyen su cuerpo de mujer hasta quedarse con un cuerpo que es mitad sirena, mitad tritón. Desde ese lugar andrógino es que nos interpela a construir un mundo más allá de los límites del cuerpo, abrazando la fragilidad, la identificación.
Visibilizar y mediar la literatura lésbica
La literatura está inserta en el contexto histórico en que se produce, por eso su recepción responde a los cambios que atravesamos como sociedad. Para que exista una mayor representación lésbica en la literatura, es importante avanzar en la representación total, en la visibilidad total.
Actualmente en nuestro país, se está gestando un movimiento a nivel editorial. Desde los espacios feministas se está promoviendo el trabajo de autoras disidentes que escriben desde su experiencia. En Chile se publica mucha auto ficción, ahora es el momento de visibilizar las existencias lesbianas. Poco a poco vamos a empezar a ver a más poetas, más ensayistas, más editoras que desde su propio lugar en la comunidad escriben, promueven sus experiencias, sus relaciones, porque ya lo están haciendo, abriéndose, peleándose de a poco los espacios.
Es importante también mediar estas lecturas. Desde los oficios ligados a la cadena del libro hay que promover que estas escrituras no sólo existan, sino que más lectores las vivan.
Las lesbianas simplemente tenemos que tomarnos todos los espacios, porque una mayor apertura en política, en las empresas, en la cultura, en posiciones de poder, va construyendo un imaginario, una especie de canon colectivo.
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