Mucho llamaron la atención unas declaraciones del martes de la semana pasada de la vocera de la Corte Suprema, Ángela Vivanco, quien a propósito del apuñalamiento de la enfermera Pola Álvarez en Las Condes dijo lo siguiente.
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“Es bueno revisar este tipo de casos, pues significa que de alguna manera, y esto es una terrible desgracia, empieza a haber una especie de industria delictiva, con personas ofreciendo servicios”.
Pero aunque a la larga se supo que el atentado contra la profesional de la salud no tuvo como autor a alguien perteneciente a una banda criminal, sino que lo cometió la pareja de una colega de la enfermera, las características del grave hecho -similares a las del sicariato- llevaron a muchos a plantearse la posibilidad de que en nuestro país exista ya una suerte de “industria delictiva”, como lo afirmó la representante del Poder Judicial.
Es que fenómenos de gran violencia ausentes en Chile hace años y el reciente descubrimiento en el norte de la presencia de la banda venezolana “Tren de Aragua” han instalado el tema.
Y cabe resaltar el hecho de que Carabineros reportó hace poco que en promedio se registra un caso diario de secuestro en el país. Por su parte, la PDI agregó que entre enero y mayo de este año habían recibido 42 denuncias al respecto, mientras que en 2021 el total fue de 70.
El exfiscal Sabas Chahuán, hoy abogado del área penal del Grupo Defensa.cl dijo que “si bien estadísticamente el secuestro no está descontrolado, ha aumentado. Y también han crecido otros tipos de delitos, como el sicariato, lo cual tiene que preocuparnos”.
VOCES OFICIALES
De hecho, el jueves 1 de julio el Presidente Gabriel Boric presentó durante su gira al norte lo que fue denominado “Plan Nacional de Seguridad”, que contempla 33 medidas que buscan mejorar la gobernanza en materia de seguridad pública y prevención del delito, dar acompañamiento a las víctimas, mejorar el control de armas, fomentar la recuperación de espacios públicos y combatir al crimen organizado.
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“Estoy contento de que estemos actualizando una política que por última vez se llevó a cabo en 2004. Hoy tenemos el deber de actualizarla, porque ha cambiado mucho el país y también la delincuencia... A las bandas del crimen organizado les decimos que no son bienvenidas. Que las vamos a perseguir y las vamos a golpear donde más les duele: en la ruta del dinero y en su organización. Vamos a mejorar las técnicas investigativas”, indicó en la oportunidad el Primer Mandatario.
Por su parte, el subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara, detalló que “no podemos naturalizar la violencia y la inseguridad que vive el país. Eso nos pidió de forma explícita el Presidente y es un desafío del que tenemos que hacernos cargo. Este es un fenómeno muy complejo, y no porque desde 2007 han aumentado los delitos violentos, con una baja en los dos años de pandemia más fuerte, hay que acostumbrarse a ellos”.
OPINIONES DESDE LA ACADEMIA
El director de la Escuela de Gobierno y Comunicaciones de la Universidad Central, Marco Moreno, puntualizó que “a medida que vamos saliendo de la pandemia de coronavirus y de las restricciones sanitarias, especialmente las de movilidad, nos hemos ido dando cuenta de que durante dos años vivimos una situación excepcional, pues en ese tiempo la inseguridad, los problemas de orden público y la percepción de a delincuencia no fueron temas centrales de la agenda. Y ahora esos problemas están recrudeciendo, preocupan a la gente y el Gobierno debe abordarlos, pues parecen ir en aumento”.
“Tenemos hechos cada vez más violentos y por eso se ha planteado que hay modalidades delictivas que probablemente no estaban tan presentes en el país y que con probabilidad vendrían de otras culturas, por lo que se les asocia a la migración descontrolada. No creo que se pueda decir que esas prácticas ya estén fuertemente instaladas en Chile, aunque por cierto no podemos descartar esa posibilidad. Está por verse si eso se ha masificado o no, pero los hechos de violencia están apareciendo con más frecuencia”.
Y Manuel Guerra, académico de la Facultad de Derecho de la Universidad San Sebastián y exfiscal, dijo que “no me aventuraría a decir que en Chile ya hay una “industria delictiva” como en otros países, pero sí hay signos claros de que se está instalando. Y lo que hay que tener claro es que cuando se instala, cuesta mucho erradicarla. Es cosa de ver a Colombia, Venezuela, Brasil, Argentina. México y Centroamérica. No se le puede minimizar ni pensar que son pocos casos”.
“Acá lo bueno es que hay consenso para combatirla, aunque se requieren de grandes cantidades de recursos humanos especializados y de recursos materiales y tecnología. Y también se necesita de modificaciones legales para tomar medidas especiales de investigación en drogas y lavado de activos para generar sanciones relativas al patrimonio de los delincuentes”.
[ Dos miradas contrapuestas en el debate sobre la delincuenciaOpens in new window ]
UNA MIRADA PARLAMENTARIA
El diputado del Partido Socialista y presidente de la Comisión de Seguridad Ciudadana de la Cámara Baja, Raúl Leiva, indicó que “como en su momento dijo el subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara, estamos atravesando por la peor crisis de seguridad desde el retorno de la democracia. Por eso se deben tomar medidas concretas tendientes a evitar que el fenómeno siga aumentando”.
“Es claro que hay nuevos fenómenos delictivos que son extranjeros y han ingresado con fuerza. Me refiero al sicariato y al secuestro, que son altamente sensibles. Y si bien su cantidad todavía es muy baja, es alarmante el efecto que producen en la sociedad. Por eso se deben mejorar los niveles de inteligencia y de persecución criminal”.
“También hay que ser capaces de abordar los delitos de una forma organizada, con la Fiscalía dedicada a ver estas materias. Y otro punto importante es profundizar el trabajo en materia de migración. En caso alguno estamos contra ella, pero sí contra fenómenos delictuales que llegan al país. Ante situaciones excepcionales, debe haber medidas de igual carácter”, cerró el parlamentario.