El barrio Meiggs, la zona mayoritariamente comercial ubicada en el límite entre las comunas de Santiago y Estación Central, surgió a contar de 1872, año en el que el empresario estadounidense Henry Meiggs, que participó en la construcción de líneas férreas, donó los terrenos para la creación del área.
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En sus orígenes tenía conjuntos habitacionales que albergaron a la gran cantidad de población rural que llegó a Santiago desde fines del siglo XIX, y mucho después adquirió la fama de lugar de compras.
Y ahora es un área de la Región Metropolitana que ha estado en el foco de atención durante este mes, debido al desborde del comercio callejero ilegal, la delincuencia asociada a esa actividad, el baleo en la cabeza del 1 de mayo de la comunicadora del canal Señal 3 de la Población La Victoria, Francisca Sandoval (quien murió a la semana siguiente), el retiro de los “toldos azules” durante la semana anterior y el copamiento policial del último lunes.
Quienes más han sufrido con lo anterior son vecinos y comerciantes establecidos del sector, quienes durante año han visto cómo su querido barrio Meiggs se ha ido deteriorando después de haber sido un sitio tranquilo, al que se iba a comprar con seguridad.
Publimetro recogió el testimonio del dueño de un negocio ubicado desde hace años en plena calle Meiggs, quien bajo el amparo del anonimato narró el drama que sufren a diario y que los tiene desesperados.
“Me instalé aquí en enero de 2006, y desde entonces la situación se ha echado a perder. Antes era más calmado y la gente venía confiada a comprar”.
“Desde 2019 nos han afectado mucho primero el “Estallido Social”, que hizo bajar la afluencia de clientes. Luego vino la pandemia de coronavirus, que nos tuvo cerrados casi medio año. Y ahora nos está liquidando el comercio ilegal, controlado por verdaderas mafias y que trae violencia y delincuencia”, contó el dueño de un negocio vinculado al sector de la librería, quien llegó a tener dos locales y diez empleados, y hoy maneja un solo local y se quedó con un colaborador.
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Este emprendedor de Meiggs añadió que “ahora esto es una taza de leche, luego de que sacaron a los vendedores ilegales, pero todos sabemos que esa es una medida parche, que no durará mucho tiempo. Además, es claro que esas personas por el momento se fueron a calles cercanas y en un tiempo más estarán de vuelta acá”.
Quien nos dio su testimonio narró que “es común que mucha gente entre a nuestro local y nos pida por favor que les dejemos hablar por celular adentro o bien que les permitamos ordenarse con sus cosas. Es que si hacen eso en el exterior se arriesgan a que les roben. Yo vi la semana pasada a una joven a la que le quitaron su teléfono, salió persiguiendo al ladrón y la apuñalaron”.
En ese sector de la Región Metropolitana, según nuestro entrevistado, “hace tiempo que no existe el comercio callejero de antes, cuando uno veía a una persona colocar un pañito en el suelo para vender algo. Ahora llegan a surtirlos en camionetas muy modernas, y se ubicaban en esos toldos que quitaron. Eso no es comercio ambulante, es algo organizado a gran nivel, casi de mafia”.